Alimentos argentinos, ¿con agroquímicos?
¿Sustancias prohibidas y no autorizadas en los alimentos argentinos? Conocé cómo llega a nuestra mesa lo que comemos.
Residuos de agroquímicos en Argentina
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) informó que se detectó la presencia de residuos de agroquímicos. Esto se observó en el 63% de los controles realizados en alimentos entre 2011 y 2013. Lo confirmó luego de que la ONG Naturaleza y Derecho presentara un recurso de amparo por el silencio oficial. Así lo señala un artículo del sitio infobae.com.Se observó que el 7% de las muestras tomadas entre 2014 y 2016 tenían exceso de pesticidas, herbicidas y fungicidas. En este último caso se cuestionó la metodología, ya que el 30% de los controles reportados fueron hechos en frutas secas, kiwis y bananas.Esta vez, la ONG volvió a presentar un pedido de acceso a la información pública. Solicitó que el Senasa detalle los niveles de agroquímicos detectados, algo que no había aclarado el año pasado. El organismo respondió reportando que entre 2013 y 2016 hubo unos 8 mil controles positivos.Hay 10 agrotóxicos que están más presentes en los alimentos: Clorpirifos, Carbendazim, Cipermetrina, Imidacloprid, Dimetoato, Clorotalonil, Lambdacialotrina, Endosulfan, Fludioxonil, Tebuconazole.No se controlan todos los lotes
El Senasa no controla todos los lotes de productos sino una porción que considera representativa, y solamente trabaja sobre los productos que tienen tránsito federal. Por lo tanto, “ los argentinos consumen frutas, verduras y hortalizas con venenos prohibidos o no autorizados para esos productos, ya que solo una pequeña porción es detectada”, afirma infobae.Riesgos para la salud humana
Los plaguicidas se utilizan en la agricultura para proteger los cultivos contra insectos, hongos, malezas y otras plagas. Además, se emplean para controlar vectores de enfermedades tropicales, como los mosquitos, y así proteger la salud pública.Crecimiento demográfico y uso de plaguicidas
Se calcula que para 2050, la población mundial será de 9700 millones de personas. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) efectuó previsiones. El 80% del aumento de la producción de alimentos necesario para hacer frente al crecimiento demográfico en los países en desarrollo se obtendrá gracias al mayor rendimiento de los cultivos y al aumento de las cosechas anuales en el mismo suelo. Por lo tanto, solo el 20% del crecimiento de la producción de alimentos provendrá de la expansión de las tierras de cultivo.Los plaguicidas se continuarán utilizando porque permiten evitar pérdidas importantes de las cosechas. Sin embargo, sus efectos sobre las personas y el medio ambiente son una preocupación permanente.
Límites máximos de Residuos de agroquímicos
Los Límites Máximos de Residuos(LMR) representan la mayor cantidad de restos de agroquímicos presentes en los alimentos que el Senasa considera que son inocuos. Más allá de que la metodología del organismo para determinar ese tope legal en los controles, se detectaron muchísimos casos con valores por encima de esos límites.Al parecer, el Senasa emplea a una serie de profesionales independientes que evalúan los estudios sobre los agroquímicos y establecen la dosis sin efecto adverso observado, conocida como NOAEL. Esto corresponde al nivel fitosanitario de un producto que no produce daño. Con esa base se determina la llamada Ingesta Diaria Admisible (IDA), a partir de la cual se establecen los límites máximos de veneno que pueden tener los productos. >Desde el sector agroecológico hace tiempo que se plantea que el Senasa calcula mal esos LMR y el propio organismo por primera vez sugirió que la metodología podría cambiar. Ocurre que el análisis no considera por ejemplo sexo de la persona ni enfermedad preexistente.Tampoco calcula el efecto sinérgico que producen los alimentos: la interacción de los distintos agroquímicos dentro del cuerpo. El Senasa admitió que «la evaluación de sinergia o efectos acumulativos de residuos no es formalmente realizada». Además, aclaró que la Unión Europea trabaja en planes piloto para medir la acumulación, cuyos resultados se esperan para finales de este año, lo que permitiría evaluar la adopción de dicha metodología en Argentina.
