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Black friday o ciber monday: ¿tenemos un consumo responsable?

28 de noviembre del 2018

Black Friday o Viernes Negro, Ciber Monday o Ciberlunes son atractivas propuestas con significativas rebajas en tiendas y grandes supermercados...

Pero el consumo excesivo y las consecuencias para el planeta son temas de preocupación en muchos países.

Ofertas tentadoras, productos soñados o que esperábamos conseguir. Todo se presenta como la gran oportunidad. Pero todo lo que compramos, ¿lo necesitamos?¿Sabemos realmente si se trata de un buen precio o un engaño? Qué ocurre si un producto no funciona correctamente o tiene algún detalle y necesita devolución? Comprar por comprar no es exactamente una buena idea, y nosotros podemos contribuir a un consumo responsable...pero, ¿cómo?

OFERTAS EN ROPA

En relación al exceso de venta de ropa, una investigación acerca de las tendencias de la moda y residuos textiles presentada por Greenpeace en Alemania en la víspera del Black Friday, puso en evidencia una serie de consecuencias ambientales.


LOS DATOS DEL INFORME SOBRE LA MODA
  • La producción de ropa se ha duplicado entre 2000 y 2014, con ventas que aumentaron de 1 billón de dólares en 2002 a 1,8 billones en 2015, y con una estimación de 2,1 billones en 2025. En promedio, una persona compra un 60% más de prendas de ropa cada año y las conserva la mitad de tiempo que hace 15 años, lo que produce inmensos volúmenes de residuos textiles.
  • Uno de los mayores costes para el planeta de la moda rápida deriva del aumento en el uso de fibras sintéticas, en particular del poliéster, que emite cerca de tres veces más CO2 en todo su ciclo de vida que el algodón. El poliéster, que se encuentra presente en el 60% de la ropa, puede tardar décadas en degradarse. Además contamina el medio marino con microfibras plásticas que entran en la cadena alimentaria.
  • Los mercados están sobrecargados de ropa desechada y los retos tecnológicos que impliquen el reciclado total de la ropa para adquirir nuevas fibras, están aún muy lejos de ser comercialmente viables.

Para contrarrestar el consumismo excesivo, un creciente número de personas eligen abstenerse y por el contrario conmemorar el “Buy Nothing Day” (Día de No Comprar Nada). En este día Greenpeace quiere recordar a los consumidores cómo muchas compras impulsivas de hoy acabarán siendo basura mañana. Pero tal vez sea una idea llevada al extremo, porque bien podemos hacer un consumo responsable, averiguando y comprando a conciencia lo que necesitamos...no?

LAS DEVOLUCIONES MASIVAS DE OTROS PRODUCTOS

Es habitual el comportamiento de consumo masivo, especialmente entre los jóvenes, aunque es verdad que las ofertas nos tientan a todos, independientemente de la edad. El problema es que se producen también devoluciones masivas.

Según una encuesta de Greenpeace, una cuarta parte de los paquetes encargados por los alemanes de menos de 30 años es devuelto. Además más de la mitad de esos jóvenes consumidores saben, desde el momento en que hacen la compra, que devolverán una parte de sus pedidos.

En algunos casos Amazon, el gigante del sector, considera más barato destruir directamente los artículos devueltos que reacondicionarlos o comprobar su estado.

“Alrededor del 30% de los artículos que devuelven los clientes de Amazon Alemania acaban en la basura, reveló una investigación en junio de la televisión pública alemana (ZDF) y la revista económica WirtschaftWoche”, señala es.noticia.yahoo.com. Y añade:

“Cada día, hay equipos que se encargan de destruir muebles, teléfonos, colchones o lavadoras nuevas, según testimonios de los empleados de la firma estadounidense en Alemania, que publicaron fotos y videos”.

La empresa estadounidense respondió en un comunicado afirmando su tarea: "trabajar continuamente" para minimizar el número de artículos no vendidos. Y  citó sus circuitos de segunda mano o incluso las donaciones.

El instituto alemán EHI efectuó un estudio acerca de la devolución masiva y ha expresado que "en el comercio por internet, el cliente no puede probar correctamente su compra hasta que la usa, por lo que la posibilidad de devolverlo es intrínseca a la modalidad económica e interviene desde que se elige el producto".

COMPORTAMIENTOS DE COMPRA Y SOSTENIBILIDAD

Deloitte Consulting, realizó un estudio hace un par de años titulado “¿Afectan los comportamientos de compra a la sostenibilidad?”. El portal ecoavant.com se refiere al trabajo de esta firma privada número uno de servicios profesionales del mundo, expresando que la consultora concluyó “que la compra física tiene un impacto de un 7% menor al de la compra por internet, medido en términos de huella de carbono, debido a la enorme necesidad de logística del comercio electrónico, su mayor cantidad de transporte y embalajes, y el elevado consumo energético de los servidores”.

Además, todo lo mencionado aumenta el volumen de residuos: los embalajes para pedidos en línea (cajas de cartón corrugado, envoltorios de burbujas) tienen un impacto ambiental muy superior al de otras bolsas de plástico o papel que los consumidores se llevan de las tiendas. Cabe aclarar que se señala que el volumen de devoluciones en el comercio electrónico, que generan un todavía mayor tráfico de vehículos, es muy superior al de la compra física: “el 33% de los artículos adquiridos en línea se devuelve, frente a solamente el 7% en el caso de los adquiridos de forma presencial ante un dependiente, pudiendo ver y hasta tocar el producto antes de decidirse por él”.

CRITERIOS PARA UN CONSUMO RESPONSABLE

El consumo responsable responde a una elección de productos y servicios en base a su calidad y precio, a su impacto ambiental y social y a la conducta de las empresas que los elaboran.

“El principio fundamental del cambio es que todos somos responsables de nuestro consumo y de los impactos sociales y ambientales de la producción. Además, el consumo responsable, o consumo crítico, implica también consumir sólo lo necesario y evaluar la influencia de la publicidad en la creación de necesidades superfluas”, explica el portal porelclima.es. Esta responsabilidad se lleva a cabo en relación a dos grandes ejes: el medio ambiente y las personas.

Para ejercer un consumo responsable podemos hacernos una serie de preguntas:

¿Necesito lo que voy a comprar? ¿Quiero satisfacer un deseo? ¿Estoy eligiendo libremente o es una compra compulsiva? ¿Cuántos tengo ya? ¿Cuánto lo voy a usar? ¿Cuánto me va a durar? ¿Podría pedirlo prestado a un amigo o a un familiar? ¿Puedo pasar sin él? ¿Voy a poder mantenerlo/limpiarlo/repararlo yo mismo? ¿Tengo ganas de hacerlo?

¿He buscado información para conseguir mejor calidad y menor precio? ¿Cómo me voy a deshacer de él una vez que haya terminado de usarlo? ¿Está hecho con materiales reciclables? ¿Las materias primas que se usaron son renovables? ¿Hay algo que yo posea que pueda reemplazarlo? ¿Estoy informado de quién y cómo se ha realizado el producto?

EL IMPACTO QUE LAS COMPRAS TIENEN EN EL AMBIENTE DEPENDE EN BUENA MEDIDA DE NUESTRA ACTITUD COMO CONSUMIDORES. APROVECHAR LAS OPORTUNIDADES PARA QUE RINDA NUESTRO DINERO NO ES MALO, SINO AVALANZARSE HACIA LOS PRODUCTOS SIN PLENA CONCIENCIA Y RESPONSABILIDAD. ¿Qué te parece si cada vez que se presenten estas propuestas comerciales nos unimos para averiguar bien, seleccionar con criterio y no comprar por comprar? De esta manera generaremos ventas justas y respetuosas con los clientes y el medio ambiente!

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