Bromuro de metilo, cómo nos afecta?
¿Qué es el Bromuro de Metilo?
El bromuro de metilo es utilizado como tratamiento para plagas cuarentenarias, gracias a su alta eficacia para matar prácticamente a todo tipo de insecto que pueda estar presente en la fruta, hortalizas y flores de exportación. Existe en la Argentina un tratamiento alternativo que es inocuo, esto quiere decir libre de BROMURO, tratan la fruta con frío, sí con frío y solo lo hace una empresa en el país, esta empresa es Puerto Frío y desde ya hace …. ofrece un producto %100 natural y cuida al planeta y a la familia.
Pero además…
- Es un producto que se degrada con dificultad y puede acumularse en exceso, sobre las plantas cultivadas, pudiendo constituir un peligro para quienes consumen estas plantas o frutas.
- Genera un importante daño medioambiental, ya que contribuye a la destrucción de la capa de ozono y el aumento de la radiación ultravioleta.
Esto, sumado a otros potenciales daños, hace del bromuro de metilo un producto potencialmente dañino. La F.A.O. concreta el nivel de tolerancia en alimentación humana en 0,3 mg de bromuro por kilogramo de peso corporal.
Efectos en
la salud humana
El BM es extremadamente tóxico, clasificado por la Organización Mundial de la Salud en la categoría 1.
Penetra especialmente por los pulmones causando serios problemas, incluso la muerte. Puede atacar el sistema nervioso, provocando mareos, dolor de cabeza, náusea, vómitos, sueño, debilidad, visión borrosa, y en dosis y tiempos prolongados puede provocar convulsiones y desmayos. Por lo general después de un contacto excesivo al bromuro de metilo se presentan daños crónicos irreversibles en el hígado, riñones y pulmones. Según investigaciones también existe la posibilidad de causar cáncer y defectos de nacimiento.
Daños al medio ambiente
En 1992 se reconoció oficialmente el bromuro de metilo como uno los responsables del deterioro de la capa de ozono. La disminución de la capa de ozono conlleva un aumento de las radiaciones ultravioletas de tipo B que llegan a la corteza terrestre.
Tanto los hidrocarburos halogenados (CFC) como el bromuro de metilo actúan como catalizadores de la reacción que destruye el ozono.
El bromuro de metilo se evapora a 3.6 °C y es muy poco soluble en agua. Como gas, es tres veces más pesado que el aire. Como líquido, a 0 °C 1 litro de bromuro pesa 1.730 kg. Para facilitar el transporte y el manejo, se almacena en estado líquido a presión, en latas o en cilindros metálicos.
En general no reacciona con los metales, excepto con los ligeros: aluminio y magnesio, con los que forma compuestos como el trimetil-aluminio que es espontáneamente inflamable. El bromuro de metilo líquido puede disolver muchos materiales plásticos. Tanto el hule natural como el PVC (policloruro de vinilo) son fuertemente atacados por el bromuro. El polietileno, el polipropileno y el politetrafluoroetileno (Teflon) son ligeramente atacados por el bromuro de metilo líquido.
En forma gasificada y a las concentraciones que normalmente se utilizan, el bromuro de metilo tiene poco efecto sobre estos plásticos. En presencia de agua se hidroliza lentamente, con desprendimiento de ácido bromhídrico, que es corrosivo a la mayoría de los metales y plásticos.
El bromuro de metilo se introdujo en la agricultura en la década del 70 como una alternativa a otros pesticida, tales como el DDT, que habían sido prohibidos a causa de su alta toxicidad.
Sin embargo, tiene repercusiones serias sobre el medio ambiente, ya que después de utilizado en los cultivos, el gas excedente pasa a las capas superiores de la atmósfera, donde daña la capa de ozono. La capa de ozono bloquea la trayectoria de los rayos ultravioleta (UV), impidiéndoles la llegada a la superficie de la Tierra. Por esa razón el Protocolo de Montreal, un acuerdo de más de 160 países del mundo firmado en 1987, incluyó en los calendarios de eliminación al bromuro de metilo como una de las sustancias agotadoras del ozono