Con hidrógeno verde desalinizan agua de mar para consumo humano en Caleta Olivia
Motivados por la problemática de
escasez de agua potable en Caleta Olivia, provincia de Santa Cruz, un equipo de
investigación del Conicet logró desarrollar un calentador de agua de mar para
la obtención de agua potable. El equipo no genera residuos nocivos ya que
recurre al hidrógeno verde en remplazo de combustibles fósiles.
Adrian Brunini, es científico de la Unidad Académica Caleta Olivia en la Universidad Nacional de la Patagonia Austral y líder de la investigación. A propósito de las motivaciones del desarrollo, explica: “Tratamos de buscar una solución, algo que tuviese impacto en la comunidad”.
En Caleta Olivia la falta de agua potable data desde su nacimiento. El 13 de enero de 2021 la Cámara de Diputados declaró la emergencia hídrica en la zona, que se extendió por un año. Muchos barrios tuvieron solo una hora de agua al día y con poca presión.
“Comenzamos a trabajar en una tecnología que reproduce el ciclo del agua”, dice Brunini. “Es una energía térmica, eficiente y que no requiere grandes avances tecnológicos para funcionar en una planta desalinizadora”.
El equipo construyó una planta piloto desalinizadora que funciona con la quema de hidrógeno, por lo tanto, no afecta al ambiente: “El hidrogeno sólo produce vapor de agua y eso es importante, porque no genera ningún gas de efecto invernadero”, argumenta el investigador.
UNA TECNOLOGÍA QUE IMITA EL CICLO VITAL DEL AGUA
“Se calienta el agua de mar y se la pone en contacto con aire seco, al hacer eso inmediatamente el aire seco se humedece”, explica Brunini. El aire absorbe la humedad del agua. “La cuestión es que sólo absorbe el agua, no la sal”, agrega.
El siguiente paso será condesar la humedad del aire para recuperar el recurso que se encontraba, hasta ese momento, en forma de vapor.
El investigador advierte que el equipo tiene un diseño termodinámico especial que permite recuperar la mayor parte de energía utilizada. Además, para Brunini, si a este proceso se le sumara la producción de hidrógeno por medio de energías limpias, como paneles solares o molinos eólicos, sería posible hablar de un circuito doblemente noble.
Hacia el futuro, la intención es continuar mejorando el rendimiento en aspectos como la presión y la incorporación de nuevos prototipos que puedan contribuir a la mejora de la tecnología. Para Brunini, el desarrollo tecnológico es indispensable para afianzar la soberanía como país: “Tenemos que desarrollar la tecnología necesaria no solo para producir el hidrógeno, sino también para utilizarlo”.
REDUCIR LA SALMUERA
Caleta Olivia cuenta con una planta desalinizadora, la Planta de Osmosis Inversa. En el mundo existen 15.906 plantas de desalinización operativas distribuidas en 177 países que producen alrededor de 95 millones de m3/día de agua desalinizada para uso humano, de los cuales el 48 % se produce en la región de Medio Oriente y África del Norte.
Sin embargo, el proceso consume mucha energía y los combustibles fósiles contribuyen al calentamiento global. Si bien es posible alimentar las plantas de desalinización con fuentes de energía bajas en carbono para reducir las emisiones, como el hidrógeno verde, por otro lado, la descarga al océano del concentrado hipersalino (denominado “salmuera”) es un problema que preocupa y es más difícil de resolver.
El gran volumen de salmuera producido tiene implicaciones económicas y ambientales, especialmente cuando se descarga en ecosistemas sensibles. Pero la tecnología de humidificación-deshumidificación practicada por el equipo de Brunini puede funcionar con salinidad muy alta, lo que permite la recirculación de salmuera en el deshumidificador. Esta recirculación reduce el volumen rechazado de salmuera.
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