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Construir sociedades resilientes tras la pandemia del covid-19

29 de octubre del 2020

“Se avecina una profunda crisis social y económica y seguir como si nada no encaja en la nueva realidad”, indica el Panel Internacional de Recursos, quien apela a “una nueva relación con la naturaleza y un uso eficiente de nuestros recursos naturales”.

Por Roberto Andrés para Sustentartv

El mundo está viviendo un momento sin precedentes a raíz de la pandemia de covid-19. Pero según el Panel Internacional de Recursos (IRP) de ONU Medio Ambiente, “también es un momento para reflexionar”. Su informe Building Resilient Societies After The Covid-19 Pandemic “proporciona recomendaciones de políticas extraídas de la investigación del IRP durante los últimos 10 años para impulsar una recuperación inteligente de los recursos, generando valor socioeconómico mientras se protege el medio ambiente”, señalan.

Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), señaló que “una administración sólida y global de la naturaleza y la biodiversidad; y un compromiso claro de “reconstruir mejor”, crear empleos verdes y facilitar la transición hacia un futuro neutro en carbono”, son elementos clave para construir sociedades resilientes después de la pandemia de covid-19. “Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Agenda 2030) y el Acuerdo de París sobre el cambio climático siguen siendo nuestra hoja de ruta”, indican.

“Se avecina una profunda crisis social y económica y seguir como si nada no encaja en la nueva realidad. La prioridad debe ser mantener a flote a todas las personas, incluidas las más vulnerables, sin perder de vista la necesidad de mantener la salud planetaria y la gestión sostenible de los recursos”, argumenta el IRP.

La gestión sostenible de los recursos naturales, incluido el uso más inteligente de materiales (como biomasa, combustibles fósiles, minerales metálicos y minerales no metálicos) tiene muchos beneficios: reduce la velocidad a la que se agotan los recursos naturales y diversifica la económica hacia modelos comerciales y empleos de economía circular, reduciendo los flujos de desechos y las emisiones, más los costos para productores y consumidores. También, limita el impacto ambiental ligado a la extracción de recursos en la agricultura, la silvicultura, la pesca, la minería y la explotación de canteras. Por último, estimula la innovación, la creación de nuevas industrias y promueve la competitividad económica. “Esto permite a los países con infraestructura desarrollada dar un salto hacia esquemas de disociación absoluta”, indican.

Según el IRP, “las mejoras del 60-80 % en la eficiencia energética y del agua son técnicamente posibles y comercialmente viables en sectores como la construcción, la agricultura, la alimentación, la industria y el transporte. Esto puede generar ahorros de costos de 2.9 a 3.7 billones de dólares por año para 2030”. Además, “la inversión de unos 900.000 millones de dólares podría generar entre 9 y 25 millones de puestos de trabajo”.

Los recursos hídricos y materiales están en el centro de las necesidades básicas de las personas y son elementos críticos para una respuesta exitosa a la pandemia mundial. “Necesitamos asegurar la gestión eficiente de estos valiosos recursos a lo largo de su ciclo de vida”, señala el organismo internacional.

“El uso de recursos naturales se ha más que triplicado desde 1970, resultando en impactos cada vez más negativos sobre el medio ambiente y la salud humana. El 90 % de la pérdida de biodiversidad y el estrés hídrico son causados ​​por la extracción y procesamiento de recursos. Estas mismas actividades contribuyen a aproximadamente la mitad de las emisiones globales de gases de efecto invernadero”, agrega.

Además, “el uso de estos recursos y los beneficios e impactos ambientales relacionados están distribuidos de manera desigual entre países y regiones. La huella material en los países de ingresos altos ronda las 27 toneladas por persona; un 60 % más alto que los países de ingresos medianos altos en 2017; y más de 13 veces el nivel del grupo de bajos ingresos”.

Los países deberán diseñar estrategias que permitan cadenas de suministro sostenibles. El monitoreo cercano de los flujos de materiales a través de herramientas como la base de datos de flujos de materiales globales de IRP será fundamental para una toma de decisiones informada”, indican.

En cuanto a los sistemas alimentarios actuales, “deben volverse más eficientes y sostenibles.


Existen importantes oportunidades para desvincular las actividades del sistema alimentario de la degradación ambiental a lo largo de la cadena de valor, comenzando con un mejor uso de la tierra y los minerales durante el proceso de producción minimizando el desperdicio”.

Una recuperación exitosa de esta pandemia mundial traerá una nueva era de prosperidad social y económica para todos los que se encuentran dentro de las capacidades naturales del planeta para actuar”, indica el informe del IRP. “Una nueva relación con la naturaleza y un uso eficiente de nuestros recursos naturales serán claves para este éxito”.

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