Construir sociedades resilientes tras la pandemia del covid-19
“Se avecina una profunda
crisis social y económica y seguir como si nada no encaja en la nueva realidad”,
indica el Panel Internacional de Recursos, quien apela a “una nueva relación
con la naturaleza y un uso eficiente de nuestros recursos naturales”.
Por Roberto Andrés para
Sustentartv
El mundo está viviendo un
momento sin precedentes a raíz de la pandemia de covid-19. Pero según el Panel
Internacional de Recursos (IRP) de ONU Medio Ambiente, “también es un momento
para reflexionar”. Su informe Building Resilient Societies After The Covid-19
Pandemic “proporciona recomendaciones de políticas extraídas de la investigación
del IRP durante los últimos 10 años para impulsar una recuperación inteligente
de los recursos, generando valor socioeconómico mientras se protege el medio
ambiente”, señalan.
Inger Andersen, directora ejecutiva
del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), señaló que “una
administración sólida y global de la naturaleza y la biodiversidad; y un
compromiso claro de “reconstruir mejor”, crear empleos verdes y facilitar la
transición hacia un futuro neutro en carbono”, son elementos clave para
construir sociedades resilientes después de la pandemia de covid-19. “Los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (Agenda 2030) y el Acuerdo de París sobre el
cambio climático siguen siendo nuestra hoja de ruta”, indican.
“Se avecina una profunda
crisis social y económica y seguir como si nada no encaja en la nueva realidad.
La prioridad debe ser mantener a flote a todas las personas, incluidas las más
vulnerables, sin perder de vista la necesidad de mantener la salud planetaria y
la gestión sostenible de los recursos”, argumenta el IRP.
La gestión sostenible de los
recursos naturales, incluido el uso más inteligente de materiales (como
biomasa, combustibles fósiles, minerales metálicos y minerales no metálicos)
tiene muchos beneficios: reduce la velocidad a la que se agotan los recursos
naturales y diversifica la económica hacia modelos comerciales y empleos de
economía circular, reduciendo los flujos de desechos y las emisiones, más los
costos para productores y consumidores. También, limita el impacto ambiental
ligado a la extracción de recursos en la agricultura, la silvicultura, la
pesca, la minería y la explotación de canteras. Por último, estimula la
innovación, la creación de nuevas industrias y promueve la competitividad económica.
“Esto permite a los países con infraestructura desarrollada dar un salto hacia
esquemas de disociación absoluta”, indican.
Según el IRP, “las mejoras del
60-80 % en la eficiencia energética y del agua son técnicamente posibles y
comercialmente viables en sectores como la construcción, la agricultura, la
alimentación, la industria y el transporte. Esto puede generar ahorros de
costos de 2.9 a 3.7 billones de dólares por año para 2030”. Además, “la
inversión de unos 900.000 millones de dólares podría generar entre 9 y 25
millones de puestos de trabajo”.
Los recursos hídricos y
materiales están en el centro de las necesidades básicas de las personas y son
elementos críticos para una respuesta exitosa a la pandemia mundial. “Necesitamos
asegurar la gestión eficiente de estos valiosos recursos a lo largo de su ciclo
de vida”, señala el organismo internacional.
“El uso de recursos naturales
se ha más que triplicado desde 1970, resultando en impactos cada vez más
negativos sobre el medio ambiente y la salud humana. El 90 % de la pérdida de
biodiversidad y el estrés hídrico son causados por la extracción y
procesamiento de recursos. Estas mismas actividades contribuyen a
aproximadamente la mitad de las emisiones globales de gases de efecto
invernadero”, agrega.
Además, “el uso de estos
recursos y los beneficios e impactos ambientales relacionados están
distribuidos de manera desigual entre países y regiones. La huella material en
los países de ingresos altos ronda las 27 toneladas por persona; un 60 % más
alto que los países de ingresos medianos altos en 2017; y más de 13 veces el
nivel del grupo de bajos ingresos”.
“Los países deberán diseñar
estrategias que permitan cadenas de suministro sostenibles. El monitoreo
cercano de los flujos de materiales a través de herramientas como la base de
datos de flujos de materiales globales de IRP será fundamental para una toma de
decisiones informada”, indican.
En cuanto a los sistemas alimentarios actuales, “deben volverse más eficientes y sostenibles.
Existen
importantes oportunidades para desvincular las actividades del sistema
alimentario de la degradación ambiental a lo largo de la cadena de valor,
comenzando con un mejor uso de la tierra y los minerales durante el proceso de
producción minimizando el desperdicio”.
“Una recuperación exitosa de esta pandemia mundial traerá una nueva era de prosperidad social y económica para todos los que se encuentran dentro de las capacidades naturales del planeta para actuar”, indica el informe del IRP. “Una nueva relación con la naturaleza y un uso eficiente de nuestros recursos naturales serán claves para este éxito”.