Cremación acuática: qué es y por qué contamina menos
Una cremación crea un promedio de 242 kilos de dióxido de
carbono, declaró un científico a Nat Geo en 2016. Las toxinas del líquido de
embalsamamiento y los implantes no orgánicos, como marcapasos o empastes
dentales, también se convierten en humo.
La cremación en agua (también conocida como acuamación o
hidrólisis alcalina) produce el mismo resultado con un impacto medioambiental
significativamente menor y, para algunos, un beneficio espiritual.
UNA TRADICIÓN QUE VOLVIÓ
Los nativos hawaianos practicaron una forma de cremación en agua
durante miles de años. Utilizaban agua volcánica caliente para descomponer los
cuerpos de sus seres queridos, explica Dean Fisher, consultor en cremación
acuática y antiguo director del programa de donación de cadáveres de la Clínica
Mayo. Después enterraban los huesos restantes, donde creían que se almacenaba la
esencia espiritual del alma.
Esta tradición ha dejado de practicarse en los últimos años,
pero en julio de 2022 Hawai legalizó la cremación en el agua, con lo que vuelve
a estar al alcance de todos.
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CÓMO FUNCIONAN LAS MÁQUINAS DE CREMACIÓN EN AGUA
Las máquinas de cremación en agua bombean un líquido
alcalino caliente alrededor del cuerpo durante cuatro a seis horas, acelerando
exponencialmente el proceso natural de descomposición. Los cuerpos pueden
embalsamarse o no y vestirse con cualquier material 100% natural. Una vez
descompuesto el cuerpo, solo quedan los huesos y los implantes no orgánicos.
Los huesos se secan, se trituran y se devuelven a la familia.
El único subproducto de la cremación en el agua es agua
estéril no tóxica que puede reciclarse en el suministro de agua local (unos
1000 litros). Además, no hay emisiones al suelo ni al aire.
LOS INCONVENIENTES
Pero la cremación en agua tiene sus inconvenientes. Por un
lado, las cremaciones tradicionales son más fáciles de conseguir, más rápidas y
normalmente más baratas. La cremación en el agua también requiere energía para
calentar el agua y hacer funcionar la bomba, aunque un estudio holandés de 2011
mostró que solo implica el 10% de la energía utilizada en la cremación con
fuego.
Además, algunos detractores de la cremación en agua argumentan que es inmoral o irrespetuosa con el difunto, algo así como tirar al ser querido por el desagüe. Sin embargo, sus defensores replican que la cremación en agua simplemente acelera el proceso natural de descomposición y no difiere del embalsamamiento rutinario, que también se somete a un tratamiento con agua para neutralizarla.
En cualquier caso, la cremación en agua parece estar ganando adeptos en Estados Unidos. Actualmente es legal en 28 estados, y 15 de ellos la aprobaron en la última década. (National Geographic)