Nos preparamos. LLega el momento. Los que tenemos la posibilidad de disfrutar en familia, estamos atentos a qué cenar, a qué almorzar, qué bebidas será necesario comprar, cómo nos vestimos, en dónde pasaremos la Nochebuena, en dónde la Navidad...Estas fechas constituyen una época del año muy especial por todo lo que se celebra, sin embargo, con los años se ha perdido su esencia y se han convertido en días de consumismo acelerado.
Nos movemos impulsados por la costumbre y lo vertiginoso de cómo pasan las horas, los minutos, como con miedo a olvidarnos de algo, como con miedo a que se acaben las cosas...que los regalos a último momento, que los ingredientes que no encontramos por ninguna parte...Y mientras tanto,algo ocurre a nuestro alrededor durante los días y los instantes previos...algo que se acentúa cuando por fin vivimos los festejos.
¿Dónde se ven los efectos del impacto ambiental de las Fiestas?¿Qué es lo que no vemos? ¿De qué nos olvidamos realmente? Estas son algunas de las cosas que suceden...
consumo de ENERGÍA
Luces por todas partes. Luces que iluminan la oscuridad más oscura. Destellos incandescentes, parpadeantes, intensos...
El consumo energético en Navidad es mucho mayor que durante el resto del año. Es natural olvidar que gran parte de la energía que se consume procede de fuentes no renovables que conllevan gran contaminación, por la emisión de gases de efecto invernadero. Uno de los principales gastos energéticos en Navidad viene de la iluminación. Esto representa un tercio de las emisiones. Teniendo en cuenta la iluminación de calles y comercios y las luces decorativas de las casas, se genera un gasto energético adicional de 3,6 millones de kW, algo así como lo que consumen 1.200 hogares al año!
En nuestras casas, son muchas las acciones que se pueden llevar a cabo para reducir el gasto energético. Por ejemplo, es posible decorar el árbol sin luces. También se puede buscar que sean eficientes y que no estén encendidas todo el tiempo. Otra idea es reducir el uso del acondicionador de aire, encendiéndolo solo cuando sea realmente necesario, y buscar formas alternativas de mantener el frío. También hay que ser responsables con el uso de los electrodomésticos que consumen más.
preparación de alimentos
Qué cantidad de comidas que surgen para esta época, por favor!!!Hasta con nombres difíciles de recordar, recetas que se prueban por primera vez, recetas que queremos mantener como si fueran cábala, recetas que queremos compartir...a veces recetas que son habituales en otras latitudes, pero queremos imitarlas...
La cantidad de comidas en Navidad crece considerablemente. Aumenta tanto hasta el punto de que supone un 4 % de las emisiones por parte de cada persona. Además, muchos de estos alimentos son procesados, llenos de químicos y de baja calidad nutricional.
Sin embargo, uno puede contribuir a mejorar este problema haciendo elecciones conscientes en la mesa. Planificando las compras para no adquirir más de lo necesario ya se aporta mucho por el ambiente. También se puede ser responsable consumiendo productos ecológicos, locales y de temporada para reducir los impactos sociales, a la vez que se cuida la salud.
El consumo de carne conlleva grandes emisiones de CO2, por lo que algunos especialistas sugieren si hay que plantearse reducir su consumo o, incluso, evitarlo. Si no se desea dejar de comer carne, también se puede optar por carnes de procedencia local y ecológica. En cuanto al pescado, es recomendable comprarlo con el sello de pesca responsable y tampoco conviene consumir especies en peligro, como el besugo, el pez espada y el rodaballo. Como alternativas más sostenibles, tal vez no comunes en nuestra zona, se destacan el bacalao de Islandia, las sardinas, la trucha arcoíris, los mariscos de concha, los berberechos y el centollo.
compra de regalos
Salimos a comprar con prisa. Se acaban las cosas??? NOOO!!! Pero igual, por las dudas...
Juguetes, ropa, electrodomésticos, cosméticos, etc. Conviene reflexionar sobre su procedencia, producción, distribución y sus materiales, antes de elegirlos porque su impacto puede ser mayor de lo que uno imagina. Todo el proceso de producción y distribución, así como cada componente del regalo, implica emisiones de CO2. Sin embargo, unos generan más emisiones que otros, en función de la cantidad de plástico que lleven, si utilizan pilas o no, la distancia que han recorrido para llegar al establecimiento, etc. Los regalos suponen la mayor fuente de las emisiones de CO2 en Navidad, con un 48 %.
Los juguetes son protagonistas en Navidad y todos los niños los quieren, pero hay que tener cuidado con sus pedidos y deseos porque sucede muchas veces que la publicidad empuja a querer más juguetes de los que necesitan y, cuando acaban las fiestas, quedan en un rincón, sin uso.Una buena propuesta es por comprar juguetes artesanales, sin pilas y que estimulen la creatividad. También los juegos de mesa y los pedagógicos son unas buenas alternativas.
En cuanto a los electrodomésticos, hay que elegir los más eficientes y lo que pueden repararse fácilmente. Los cosméticos, que sean de origen natural y sin experimentación animal.
El consumo es claramente desmedido.Podemos crear, evitando comprar innecesarias y pensar mejor enlos obsequios... En cosas que realmente se usen, cosas que tengan una dedicación especial en función de lo que se puede desde lo económico. Nada más grande que un regalo hecho con el corazón...
EL TRANSPORTE QUE USAMOS
Cómo nos movilizamos de un lado a otro todo este tiempo!!!!! A toda hora, sin descanso a veces...
El transporte que usamos supone un 15 % del impacto en Navidad y tiene mucho que ver con el vehículo elegido. El auto, el autobús, el avión... El tren es el transporte más ecológico, seguido por el autobús. Otra alternativa es compartir el coche y para las distancias cortas, es mejor caminar o ir en bicicleta.
LOS RESIDUOS QUE QUEDAN
La cantidad de residuos se eleva considerablemente en estas fechas. Es normal que abunden los desperdicios de comida, plástico, papel y vidrio...
En relación a la comida, son muchos los alimentos que terminan tirados a la basura, ya sea por haber comprado más de lo necesario o por falta de planificación. También ocurre que a nivel industrial, se descartan alimentos por alguna razón que pueda dificultar o imposibilitar su venta. Esto supone que el 40 % de los alimentos producidos acabe siendo desechado, una cifra tremenda, si se tiene en cuenta la gran cantidad de personas que están pasando hambre en el planeta...
En primer lugar, conviene reducir todo lo posible lo que se va a consumir; pero también, siempre se puede tratar de reutilizar. Lo que no se pueda reutilizar, conviene separarlo en forma adecuada.
Una Navidad sustentable, es posible?
-------
Que podamos vivir estos días con más amor por el planeta... Todos podemos actuar hoy, pensando en mañana... Feliz Navidad!
Noelia Gieser, equipo Sustentar