¿Dónde van los Residuos Electrónicos en Argentina?

26 de noviembre del 2019

Cerca del 70% de los metales pesados que contaminan los vertederos y basureros públicos provienen de aparatos electrónicos que las personas desechan inadecuadamente.

El mercurio y el cobalto, por ejemplo, son tóxicos por inhalación, por contacto y por ingestión; y el cromo es tóxico por inhalación e ingestión. 

¿Qué son los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos?

Aquellos aparatos eléctricos o electrónicos que dejan de funcionar o son descartados son considerados residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEES).

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Este tipo de residuos son considerados como Residuos Sólidos Urbanos Sujetos a Manejo Especial (RME) asimilables a los Residuos Especiales de Generación Universal (REGU - Resolución 522/2016 MADyS) en concordancia con la Ley 1854 de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos y sus normas complementarias.

Algunos ejemplos son: celulares, computadoras y sus componentes, pequeños electrodomésticos, televisores, etc.

Es necesario garantizar su correcta gestión debido a que en su composición cuentan con
  • 72% de materiales reciclables (plásticos, metales ferrososos y preciosos, vidrio)
  • 25% de materiales reutilizables (cables, motores, fuentes, lectoras, imanes)
  • 3% de residuos peligrosos (tubos de rayos catódicos, plaquetas de circuitos integrados, gases de refrigeración, PCB)

Esta última porción de residuos peligrosos está sujeta a un sistema de gestión ambiental diferenciado del resto de los Residuos Sólidos Urbanos, así se evitan daños en el ambiente y en la salud de los vecinos.

En nuestro país se recicla menos del 2% del total de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) colocados en el mercado y entre el 4% al 6% de los RAEE proveniente del sector tecnología. Los niveles de reciclado y recuperación de aparatos o materiales son mínimos si tenemos en cuenta las más de 120.000 toneladas anuales de residuos electrónicos que se generan en el país.

El podio de los desechos electrónicos en América latina tiene a Brasil al tope del ranking, con más de 1500 kilotoneladas, seguido por México por encima de los 1000 kt. La Argentina, por su parte, completa la tercera con casi 500 kt registradas en 2017, de acuerdo al reporte basado en datos de la Universidad Naciones Unidas y elaborado por GSMA Latinoamérica junto al Banco Interamericano de Desarrollo. Comparado con el informe de 2016, este panorama no difiere a los registros del anterior período, que cuenta con cifras similares.

El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente advirtió en 2010 que alrededor de 40-50 millones de toneladas de RAEE son generadas todos los años a nivel mundial y previó “serias consecuencias” en esta década por las montañas de desechos “peligrosos” y “tóxicos” que se acumulan sin ningún control en las economías en vías de desarrollo.

Los residuos eléctricos y electrónicos son la fracción de residuos domiciliarios que más sustancias tóxicas aportan a los rellenos o basurales donde son enterrados. En Argentina, se estima que cada habitante genera al menos 3 kilogramos de basura electrónica por año. 

En este contexto, a fines de este año se habrán descartado más de
  •  1 millón de computadoras,
  •  10 millones de teléfonos celulares 
  • y más de 400 millones de pilas.

 Hoy el 40% de estos residuos terminan en rellenos o basurales, el 50% sigue siendo almacenado en depósitos o en hogares y solo el 10% llega a ser recuperado o reciclado.

¿Qué hace la Ciudad de Buenos Aires con los aparatos eléctricos y electrónicos que los vecinos y las áreas de Gobierno ya no utilizan?
La Agencia de Protección Ambiental cuenta con dos programas:
Si sos vecino podés llevarlo a los Puntos Verdes Móviles o a los Puntos Verdes Especiales de miércoles a domingo de 11 a 19 h.
Si pertenecés a una institución pública o privada podés consultar el retiro de tus RAEES aqui.
En la Ciudad de Buenos Aires, cada habitante genera al año 7 kg de RAEES. Cuando los vecinos los llevan a los Puntos Verdes Móviles o a los Puntos Verdes Especiales se aseguran que se recuperen los materiales reciclables, como es el caso de los metales y disminuye el efecto que este tipo de residuos podrían generar en el ambiente.

¿En dónde y para qué se utilizan los elementos encontrados en la basura electrónica?

Plomo (Pb): en soldaduras, monitores CRT (Tubos de Rayos Catódicos) y baterías lead-acid.
Estaño (Sn): en soldaduras.
Cobre (Cu): en cables y en circuitos impresos.
Aluminio (Al): en las carcasas y como disipadores de calor.
Hierro (Fe): en acero y en carcasas.
Silicio (Si): en cristales, transistores y en tableros de circuitos impresos.
Níquel (Ni): en baterías recargables de níquel-cadmio.
Cadmio (Cd): en tableros de circuitos y semiconductores y en baterías recargables de níquel-cadmio.
Litio (Li): en baterías.
Zinc (Zn): en galvanoplastia de piezas de acero.
Oro (Au): para recubrir conectores.
Germanio (Ge): en los años 50´ y 60´ se lo encontraba en transistores electrónicos.
Mercurio (Hg): en interruptores, cubiertas y tubos fluorescentes.
Azufre (S): en baterías lead-acid.
Carbono (C): en acero, plásticos y resistores. En casi todo el equipo electrónico.
Arsénico (As): en los tubos de rayos catódicos más antiguos.
Antimonio (Sb): como tritóxido retardante de fuego.
Bromo (Br): en cubiertas policromadas retardantes de flamas, para cubiertas, cables y tableros de circuitos.
Selenio (Se): en los tableros de circuitos como rectificador de suministro de energía.
Cromo (Cr): en el acero como anticorrosivo.
Cobalto (Co): en el acero para estructura y magnetividad.

¿QUIÉNES TRABAJAN CON RESIDUOS ELECTRÓNICOS?

Scrap y Rezagos S.R.L.  
Es una de las pocas empresas habilitadas por la Secretaría de Medio Ambiente para gestionar residuos electrónicos.
Con más de 12 años de experiencia, esta compañía le brinda una segunda oportunidad a monitores, teclados, equipos de impresión, audio y video y de telefonía fija y celular, entre muchos otros. Además, brinda seminarios y descuentos a todos aquellos clientes que lleven sus propios residuos para poner a disposición del reciclaje.
Ubicación: Ecuador 462, Ciudad de Buenos Aires.
Contacto: (011) 15- 6372-6760 o 4139-8229 / info@rezagos.com / www.rezagos.com
Equidad Fundación Compañía Social
Esta organización brinda cursos y talleres sobre técnicas de reúso y reciclaje de la tecnología. Para reducir la brecha digital, desde el año 2001, trabaja con personas de sectores sociales vulnerables, promoviendo su integración social, educativa y laboral a través del uso de nuevas tecnologías y la formación digital.
La fundación -que lleva más de 15 años de historia y cuenta con el reconocimiento de la Unión Europea- ya construyó catorce Centros Digitales Comunitarios, concretó un Programa de Informatización Escolar que llevó 1.500 computadoras recicladas a 400 escuelas públicas argentinas y un lanzó un curso de Comunicación y Periodismo Digital para estimular el uso de tecnologías en la producción de contenidos.
Ubicación: Piedras 1384, Ciudad de Buenos Aires.
Contacto: 4307 8150 / www.equidad.org
E- Basura
"E-basura: acercamiento ecológico en la era digital", es un proyecto que la Facultad de Informática de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) que tiene el objetivo de reusar y restaurar desechos electrónicos para extender el ciclo de vida de los equipos y usarlos con fines sociales.
Llevado adelante por alumnos de la facultad desde el 2009, se recuperan todo tipo de residuos: informáticos (computadora, notebook, notepad, monitor, teclado, mouse, parlante), de conectividad (decodificadores, módems, hubs, switches, bridge), de impresión (impresoras de cualquier tipo, scanners), de telefonía fija y celular (teléfono, celular, central telefónica, fax, télex) y otros (reproductores de MP3/MP4, calculadoras, cámaras digitales). Luego de realizar la reparación, son donados a escuela públicas, comedores barriales y asilos de ancianos.
En mayo del año pasado, esta iniciativa recibió el premio WSIS Prizes "Champion", otorgado por la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI)
Ubicación: Calle 120 y 50, La Plata, Buenos Aires
Contacto: (0221) 427-7270
Va de Vuelta
Esta ONG se dedica a combinar la recuperación de productos electrónicos con reinserción social. Fundada en 2005, se encarga de trabajar con cartoneros, ex piqueteros, trabajadores que recuperaron sus fábricas e internos penitenciarios.
Para preservar el medio ambiente y combatir el cambio climático, se dan talleres de capacitación y se analizan las posibilidades de reuso de los productos, mediante reparaciones completas o la extracción de componentes útiles para repuestos.
Contacto: holavadevuelta@gmail.com / www.vadevuelta.org
Silkers
Esta compañía se dedica a cargar, retirar y transportar los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos de empresas privadas, organismos no gubernamentales y municipios, para luego acopiarlos en su Planta de Procesamiento y Valorización en el Parque Industrial Tecnológico de Quilmes.
Silkers también dona productos recuperados al Hospital Garrahan y participa en el proyecto E-Basura, de la Universidad Nacional de La Plata. Además, se encarga de reunir todos aquellos desechos correspondientes a plaquetas de circuitos impresos, baterías de litio ion y baterías de níquel metal, en la Dirección General de Aduanas, para que luego sean exportados a Europa y Asia, donde se procede el reciclaje de sus componentes.
Ubicación: Camino General Belgrano Km. 10.500, Quilmes.
Contacto: 4270-1735 / info@silkers.com.ar / www.silkers.com.ar

El reciclaje informal

En muchos países, las mujeres y los niños representan hasta un 30% de la fuerza laboral en el procesamiento informal de desechos electrónicos, por lo que son particularmente vulnerables.

Cuando futuras madres están expuestas a compuestos tóxicos existen grandes riesgos. Estudios recopilados por la ONU demuestran incrementos en abortos espontáneos y partos prematuros, así como reducción de peso y tamaño de los bebés. También se presenta una alta incidencia de defectos de nacimiento y mortalidad infantil.

“Muchos de los desechos electrónicos producidos en países en desarrollo son enviados a países pobres de manera legal o ilegal, para luego ser procesados informalmente por un sector que incluye a mujeres y niños. Esto plantea una serie de cuestiones éticas, desde el principio de tirar desechos en naciones que no cuentan con las normas o la capacidad para gestionarlos de una manera que resulte menos perjudicial para el medio ambiente y la salud”, asegura Nikhil Seth, el presidente del Foro de diálogo mundial sobre el trabajo decente en la gestión de los desechos eléctricos y electrónicos, realizado en abril en Ginebra por la Organización Internacional del Trabajo.

Los elementos tóxicos cancerígenos de los desechos electrónicos también han sido encontrados en la sangre de los trabajadores informales que laboran donde se queman estos productos para la extracción de metales.  Los lugares donde esto sucede a su vez se han convertido en una especie de “centros económicos” que atraen vendedores de comida y asentamientos informales que a su vez expanden el alcance de la contaminación.

Hoy en día, el número total de personas que trabajan informalmente en el sector mundial de residuos electrónicos es desconocido. Sin embargo, la OIT estima que en Nigeria lo hacen hasta 100.000 personas, mientras en China el número alcanza los 690.000.

Una oportunidad de oro para la economía mundial y el trabajo decente

La actualización y formalización de la industria, así como la creación de plantas de reciclaje formales proporcionan una oportunidad de trabajo seguro y decente para miles de trabajadores alrededor del mundo.

Además, existe un gran valor económico en los residuos electrónicos, en particular de materiales como oro, plata, cobre, platino, paladio, entre otros. De acuerdo con la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU), hay 100 veces más oro en una tonelada de teléfonos inteligentes que en una tonelada de mineral de oro.  Esto quiere decir que los depósitos más ricos de la tierra se encuentran actualmente en vertederos o en los hogares de las personas.

Actualmente las compañías de teléfonos inteligentes están creando mercados para reciclar y darles “una segunda vida” a sus productos, pero aún existe un margen muy importante para mejorar. Según recientes estimaciones, los desechos electrónicos están valorados en 62.500 millones de dólares anuales, más que el PIB de algunos países. Es también tres veces el valor de la producción de todas las minas de plata del mundo.

Sólo en 2016, se descartaron 435.000 toneladas de teléfonos inteligentes, a pesar de contener miles de millones de dólares de valor en materiales. Para sacarle provecho a este tesoro, el mundo debe avanzar hacia una economía circular de electrónicos.

La economía circular de los electrónicos

“Tenemos que analizar todo el ciclo de producción de cada producto electrónico. Comienza desde la etapa de diseño, de ingeniería y, por supuesto, se adentra en toda la economía circular. El uso, reciclaje, restauración, reventa y devolución de la tecnología debe considerarse de una manera mucho más sistemática que hasta ahora, para asegurarse de que se generan los residuos electrónicos que no causan el tipo de daño que hacen ahora al medio ambiente y la humanidad”, añade Seth.

Una economía circular es un sistema en el que todos los materiales y los componentes se mantienen en su valor más alto en todo momento, y los residuos no existen. Puede ser fácilmente pensada como lo contrario de la economía lineal de hoy. Existe una creciente toma de conciencia de que el modelo lineal predominante de «extraer, fabricar, utilizar y desechar» genera desechos a lo largo del ciclo de vida de los productos eléctricos y electrónicos y que estos desechos se podrían y deberían reducir.

“Si se diseñan productos que duren más tiempo, y si se recupera, reutiliza y recicla una mayor cantidad de desechos a lo largo del ciclo de vida de esos productos, habrá menos demanda de materiales vírgenes y se generarán menos residuos de la extracción de materias primas y de los procesos de embalaje y transporte de los productos”, afirma un informe de la OIT.

Según la Organización, si se aplica un enfoque de economía circular, los desechos eléctricos y electrónicos pueden considerarse un recurso que, adecuadamente gestionado, podría promover la obtención de medios de subsistencia, generar empleo, proporcionar acceso a la tecnología, facilitar la modernización tecnológica, propiciar la transferencia de conocimientos y competencias, y crear capital para fabricar productos básicos de segunda mano y recuperar materiales.

En una reunión celebrada en Ginebra , representantes de gobiernos y de organizaciones de trabajadores y de empleadores coincidieron en que desde el sector público se deben “aumentar e impulsar las inversiones en infraestructura y sistemas de gestión de desechos en todos los niveles, según proceda, a fin de gestionar los flujos en rápido aumento de desechos electrónicos, de modo que se promueva el trabajo decente.” 

De acuerdo con la ITU, los beneficios económicos de emplear una economía circular en el sector electrónico y eléctrico podrá ser enorme, reduciendo los costos para los consumidores en un 7% para 2030 y un 14% para 2040.

Además, dado que los desechos electrónicos son un recurso creciente, al tiempo que disminuyen los metales y minerales, también hay una oportunidad para la recuperación de estos recursos. Combinado con mejores diseños y tecnología para recuperarlos se producirá un rendimiento más rentable de los materiales.

Asimismo, si se desarrolla de manera correcta, el sector puede generar millones de empleos en todo el mundo.

"Debemos ayudar con urgencia a los Estados miembros de la OIT y las Naciones Unidas a diseñar y fortalecer los sistemas y las políticas necesarias para gestionar los desechos electrónicos de manera que promuevan el trabajo decente, promuevan la salud de quienes manejan los desechos electrónicos y protejan el planeta”, concluye Nikhil Seth.


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