Exposición a contaminantes peligrosos del aire (HAP) contribuye a mortalidad por covid-19
Según un grupo de
investigadores de la Universidad de Nueva York esto explicaría “por qué algunos
condados rurales, como los de Georgia y Louisiana, han experimentado tasas de
mortalidad más altas que las de las áreas urbanas”.
Por Roberto Andrés para
Sustentartv
Un grupo del Centro de
Medicina e Informática Ambiental de la Universidad de Nueva York examinó “la
relación entre la exposición a los contaminantes atmosféricos peligrosos (HAP)
y la mortalidad por covid-19 en los Estados Unidos”, y encontraron que “un
aumento en el índice de riesgo respiratorio se asocia con un aumento del 9 % en
la mortalidad por covid-19”.
Los investigadores señalaron que “estos hallazgos nos ayudan a comprender la variación en las tasas de mortalidad por covid-19 en Estados Unidos, refuerzan la investigación existente que vincula la contaminación del aire con la mortalidad y enfatizan la importancia de los esfuerzos regulatorios para limitar el riesgo de exposición a la contaminación del aire”.
El estudio, titulado Hazardousair pollutant exposure as a contributing factor to covid-19 mortality in theUnited States y publicado este 11 de septiembre en IOP Science, estuvo a cargo
de Michael Petroni, Dustin Hill, Liesl Barkman, Sarah Howard, Brielle Howell, Jaime
Mirowsky y Mary B Collins, de la Facultad de Ciencias Ambientales y
Silvicultura de la Universidad Estatal de Nueva York, y de Lylla Younes, de la
agencia ProPublica.
En diciembre de 2019 apareció
una nueva enfermedad por coronavirus en Wuhan, China, que rápidamente se
convirtió en pandemia mundial. Según la Organización Mundial de la Salud, al 14
de septiembre ha habido 28.918.900 casos con covid-19 confirmados en el mundo,
incluidas 922.252 muertes. Del total, 6.426.958 casos corresponden a Estados
Unidos, con 192.612 muertes. Existe la tarea urgente de comprender y combatir
esta enfermedad, así como de evaluar qué poblaciones podrían estar en mayor
riesgo de contraerla y sucumbir a ella.
Ya se ha demostrado “una
asociación positiva” entre las concentraciones de contaminación del aire y la
tasa de mortalidad causada por el SARS, otro coronavirus, durante un brote en
China el año 2000. Ahora en 2020, se afirma que los contaminantes del aire
pueden influir directamente en la gravedad del covid-19, al dañar los cilios y
afectar la capacidad de los pulmones para expulsar patógenos, o agravando
enfermedades cardiovasculares preexistentes y afecciones respiratorias.
“Nuestro enfoque en los
contaminantes atmosféricos peligrosos (HAP) se apoya en la base de
conocimientos que vincula la mala calidad del aire con la mortalidad por
covid-19, ya que la mayoría (si no todos) los estudios anteriores solo incluyen
contaminantes de criterio (monóxido de carbono, plomo, dióxido de nitrógeno,
ozono artificial, material particulado y dióxido de azufre)”, señalan Petroni y
sus colegas.
Los contaminantes atmosféricos peligrosos (HAP) son aquellos que se sabe o se sospecha que causan cáncer o defectos de nacimiento, entre otros graves daños. La Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos ha identificado más de 187 contaminantes con estas características, entre ellos, herbicidas como el 2,4-D, el benceno (presente en la gasolina), el percloroetileno (emitido en instalaciones de limpieza en seco), y el cloruro de metileno (utilizado como disolvente y decapante de pintura en varias industrias). Otros ejemplos son las dioxinas, el asbesto, el tolueno y los metales como cadmio, mercurio, cromo y compuestos de plomo.
“Presumimos que la exposición
a los HAP podría contribuir a la vulnerabilidad al covid-19 porque están
relacionados con el estrés respiratorio crónico”, agregan.
Los especialistas, además de contribuir “a la investigación en curso de la mortalidad por covid-19 al confirmar los hallazgos relacionados con material particulado (PM2.5)”, proporcionan “una posible explicación de por qué algunos condados rurales, como los de Georgia y Louisiana, han experimentado tasas de mortalidad más altas que las de las áreas urbanas”.
Es el caso de West Baton Rouge y otros municipios en el corredor químico del estado de Louisiana.
“Nuestro análisis indica que la
exposición crónica acumulada a los contaminantes atmosféricos peligrosos (HAP)
a niveles por debajo de la concentración de referencia (RfC), una estimación de
la exposición diaria por inhalación que probablemente no presenta un riesgo
apreciable de efectos nocivos durante la vida, puede aumentar la vulnerabilidad
de la población a la mortalidad por covid-19”, indican.
Por ejemplo, “en consonancia con estudios anteriores, identificamos señales de aumento de las tasas de mortalidad de covid-19 que se producen con pequeños cambios en los niveles bajos de concentraciones de partículas de diésel”.
“También identificamos este patrón con acetaldehído. Posiblemente, la exposición crónica a estos contaminantes en niveles muy bajos, aunque no causa daños observables en el sistema respiratorio, reduce la capacidad del cuerpo para recuperarse del covid-19 de alguna manera”, aclaran.