El gobierno nacional reglamentó la Ley de Gestión Integral de Residuos Domiciliarios Nº25.916, que crea un código unificado de siete colores para la
clasificación de residuos en la fuente de origen.
A la vez, incorpora el principio de responsabilidad
extendida al productor con el objetivo de "fomentar la cultura ciudadana y
facilitar la valorización de residuos en todo el país".
La normativa reglamenta la Ley de Gestión Integral de Residuos Domiciliarios que había sido sancionada en 2004.
Los colores de separación de residuos en Argentina
El decreto aprobó el "Código unificado de colores para
la clasificación e identificación de fracciones de residuos
domiciliarios", que genera un estándar común para todo el territorio
nacional y tiene como objetivo fomentar "la cultura ciudadana en la
materia" y facilitar "la labor de la industria de valorización de
residuos en todo el país".
Se recomienda a las provincias y la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires adoptar un sistema de gestión integral que contemple siete
fracciones de residuos con sus respectivos colores: los residuos secos
valorizables (verde), los considerados basura (negro), los residuos orgánicos
valorizables (marrón), los plásticos (amarillo), los papeles y cartón (azul),
los residuos de vidrios (blanco) y los de metales (gris).
Los residuos deberán ser colocados en contendedores para
cada clase de residuo y, preferentemente, las bolsas tendrán que ser del mismo
color que el contenedor o transparentes para identificar el contenido.
Derecho al ambiente sano
Entre los fundamentos, el decreto recordó que la
Constitución Nacional consagró "el derecho de todas y todos los habitantes
de la Nación a gozar de un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo
humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades
presentes sin comprometer las de las generaciones futuras".
Entre las actualizaciones de la ley que establece la
reglamentación, se destaca el principio de responsabilidad extendida al
productor, que implica que los fabricantes e importadores deben financiar la
gestión integral de productos que luego de consumidos devienen en residuos
domiciliarios.
Este principio también se extiende a aquellos residuos
considerados especiales por sus características particulares de peligrosidad,
nocividad o toxicidad, como los aparatos eléctricos y electrónicos; las pilas y
baterías portátiles; neumáticos de desecho; pinturas y solventes, entre otros.
De la cuna a la cuna
Otros de principio incorporado es el "de la cuna a la cuna", que implica que los elementos que componen los productos, bienes y servicios puedan "ser sosteniblemente recuperados y valorizados en todas las etapas de su ciclo de vida", al tiempo que se considera la idea de proximidad para que la gestión integral de los residuos domiciliarios se realice en los sitios más cercanos posibles al lugar de su generación.