“Teniendo en consideración la documental presentada y las
conclusiones arribadas en la pericia realizada por la Facultad de Agronomía de
la Universidad de Buenos Aires, encuentro probado que la variedad del material
contaminante existente en el Estuario de Bahía Blanca en su conjunto ha
provocado un daño ambiental”.
Esta es la conclusión de un fallo del Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo del Departamento Judicial de Bahía Blanca ante la demanda radicada años atrás por un grupo de pescadores artesanales de Ingeniero White.
Agresión progresivamente creciente
El documento da cuenta que el informe producido por el Comité de Control y Monitoreo que puntualiza que el estuario "está sufriendo una agresión ambiental progresivamente creciente por su incapacidad de dilución frente a la magnitud en calidad y entidad de las especies contaminantes”.
También cita “los informes realizados por el Instituto
Argentino de Oceanografía (IADO) en conjunto con la Universidad Nacional del
Sur -Microbiología Ambiental- y el CTE detallando la presencia de metales
pesados disueltos en concentraciones variadas e hidrocarburos dispersos en
aguas y sedimentos, así como el impacto provocado por el volcado de efluentes
cloacales insuficientemente tratados”.
Y “el informe producido por el OPDS que da cuenta del impacto ambiental de la colectora cloacal, de la presencia de metales pesados en aguas superficiales y sedimentos, así como hidrocarburos”.
“Los especialistas de la FAUBA sostuvieron que "el
volumen total de ingresado al sistema estuarial y el nivel de bioacumulación en
hígado, branquias y músculo de ciertos elementos conlleva a pensar que el nivel
de acción antrópica sobre el sistema está afectando seriamente el mismo."
herbicidas, pesticidas y más
Agrega que "la mayor contribución hídrica a la ría está
dada por la cuenca superficial del río Sauce Chico y el arroyo Napostá
Grande" y que "pequeñas concentraciones de contaminantes arrastrados
a la cuenca, como herbicidas, pesticidas, fertilizantes, desechos clandestinos,
etc. impactan significativamente en el cuerpo receptor.”
El magistrado ordenó que la provincia de Buenos Aires y el
Municipio – en el plazo de 60 días – presenten un plan en el que identifiquen
“por fuente de aporte de agua” a la “totalidad de los agentes contaminantes del
estuario (no solo de los involucrados en la causa) y aseguren “un control
eficiente” de los efluentes vertidos.
En cuanto a ABSA, se le requiere que “cese con el volcado de
líquidos cloacales sin tratamiento o con tratamiento deficiente” en la ría de
Bahía Blanca. En este marco, también se le instruye una acción con plazo a 60
días que prevea “las plantas de tratamiento de efluentes cloacales necesarias
-así como su eventual construcción, correcto funcionamiento y control
continuo”.