La producción de alimentos orgánicos en Argentina

04 de noviembre del 2020

Según el presidente de la Organización Internacional Agropecuaria, la producción orgánica es “un modelo de desarrollo alternativo al actual”. Para el Movimiento Argentino para la Producción Orgánica, “Argentina está entre los primeros productores orgánicos del mundo”. La producción está regulada en el país desde 1999.

Roberto Andrés para Sustentartv

En Argentina la producción orgánica está regulada por la ley 25.127/99, según la cual “se entiende por ecológico, biológico u orgánico a todo sistema de producción agropecuario, su correspondiente agroindustria, como así también a los sistemas de recolección, captura y caza, sustentables en el tiempo y que mediante el manejo racional de los recursos naturales y evitando el uso de los productos de síntesis química y otros de efecto tóxico real o potencial para la salud humana, brinde productos sanos, mantenga o incremente la fertilidad de los suelos y la diversidad biológica, conserve los recursos hídricos y presente o intensifique los ciclos biológicos del suelo para suministrar los nutrientes destinados a la vida vegetal y animal, proporcionando a los sistemas naturales, cultivos vegetales y al ganado condiciones tales que les permitan expresar las características básicas de su comportamiento innato, cubriendo las necesidades fisiológicas y ecológicas”.

Según Pedro Landa, presidente de la Organización Internacional Agropecuaria (OIA), que desde 1991 opera como certificadora de productos vegetales, animales y procesados, la producción orgánica es “un modelo de desarrollo alternativo al actual. Dichas dimensiones están relacionadas con el cuidado del territorio a través del mantenimiento de las poblaciones rurales; la generación de redes de pequeños productores, sólo viables gracias al asociativismo; el fomento del consumo local; el cuidado del entramado social y la revitalización de las comunidades rurales”.

“Hay otras dimensiones sobre las que actualmente se está explorando su impacto, de las cuales destacaremos dos. En primer lugar, quizás la más relevante, la Agricultura Regenerativa, uno de los umbrales más elevados de la Producción Orgánica que está impactando en todos los sistemas productivos. Y, en segundo término, la indagación de tecnologías amigables con el medio ambiente, hoy también en uso en la agricultura convencional”, agrega.

La producción orgánica es un sistema o modelo productivo con características específicas. Si bien es similar en sus componentes a otras cadenas agroalimentarias, sus eslabones son más cortos y su impacto en cada uno de ellos es considerado en la gestión de los alimentos. La cadena está integrada por productores primarios, distribuidores, comercializadores, exportadores, supermercados, tiendas especializadas y transportistas. Pero además cuenta con sistemas de distribución domiciliaria, ferias y diversos puntos de venta.

La producción orgánica y el consumo de sus productos crecen muy rápidamente a nivel mundial. En la actualidad hay alrededor de 43,7 millones de hectáreas manejadas orgánicamente en 172 países cuya producción se orienta hacia la exportación.

Según el Movimiento Argentino para la Producción Orgánica (MAPO), que desde hace 20 años reúne a todas las entidades, personas, empresas u ONG que se relacionan de algún modo con la producción orgánica, “Argentina está entre los primeros productores orgánicos del mundo. En nuestro país se logran alimentos y productos con un alto valor agregado, nutritivos, saludables y certificados que provienen de campos de las 23 provincias argentinas, donde se emplean especialmente tecnologías de proceso y manejo que requiere de importante mano de obra y capacitación”.

“Este tipo de producción se convierte en una muy buena alternativa para mejorar los ingresos de los productores y de la agricultura familiar, es por ello que es una responsabilidad ineludible difundir sus beneficios y favorecer su implementación. El consumo de productos orgánicos crece en el mundo de la mano de la creciente preocupación de los consumidores por acceder a productos saludables”, señalan.

Argentina cuenta con una estructura legal de fiscalización que es reconocida internacionalmente y que se apoya en una normativa que regula la actividad que es equivalente a las que poseen la Unión Europea (EU) y con acuerdos con Japón.

“Esta situación -señala MAPO- sumada a la existencia de certificadoras con acreditaciones internacionales y a la gran diversidad productiva que tiene nuestro país nos permite la exportación a diversos destinos donde Argentina tiene un prestigio ya ganado en años de inserción y respuesta”.

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