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Las ballenas ingieren hasta diez millones de microplásticos por día

17 de noviembre del 2022

Las ballenas barbadas se alimentan de kril (diminutos crustáceos planctónicos) mediante un proceso de filtración y, al hacerlo, pueden llegar a ingerir hasta 10 millones de fragmentos de microplásticos al día, según un estudio publicado este mes en Nature Communications.

Los resultados indican que estas ballenas pueden consumir más cantidad de plástico que cualquier otro organismo, lo que representa un riesgo potencial para su salud.

Detalles escalofriantes sobre el impacto a las ballenas

Según Shirel Kahane-Rapport, investigadora en la Universidad Estatal de California en Fullerton y en la de Stanford (EE UU), las ballenas barbadas se alimentan en la zona del océano abierto donde se encuentran las mayores concentraciones de microplásticos y que estos los ingieren a través de las presas que comen, no por la gran cantidad de agua que engullen.

“Las ballenas están más abajo en la cadena alimentaria de lo que cabría esperar por su enorme tamaño, lo que las sitúa más cerca de donde está el plástico en el agua. Solo hay un eslabón: el kril se come el plástico, y luego la ballena come el kril”, señala el coautor Matthew Savoca, de la Estación Marina Hopkins de la Universidad de Stanford.

Millones de partículas de microplásticos

Por especies, las ballenas azules (que se alimentan sobre todo de kril) consumen diariamente hasta 10 millones de partículas de microplástico; los rorcuales comunes (con alimentación mixta de pescado y kril), entre 3 y 10 millones; y en las ballenas jorobadas depende también de sus presas: 4 millones si se alimentan de kril y ‘solo’ 200.000 microplásticos cuando comen peces.

Según Savoca, las tasas de consumo de estos residuos plásticos probablemente sean aún más altas en las ballenas que se alimentan en regiones más contaminadas, como el mar Mediterráneo.

Preocupación por este estudio preocupante de residuos 

Los resultados del estudio son preocupantes porque sugieren que estas especies podrían no estar recibiendo la nutrición que necesitan para prosperar, advierte Kahane-Rapport.

Necesitamos más investigación para entender si el kril que consume microplásticos crece menos rico en aceites y si los peces pueden ser menos carnosos, menos grasos, al comer estos residuos que les dan la sensación de estar llenos”, agregó. (Agencia Sinc - FOTO: naturepl.com / Alex Mustard / WWF)

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