Según datos de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), que depende del
Ministerio de Agricultura de Chile, en el país hay diecisiete especies de fauna
nativa bajo algún grado de amenaza, de las cuales cuatro están catalogadas como
de máxima prioridad. El organismo, que además de administrar la política
forestal y combatir incendios, se encarga de gestionar áreas silvestres
protegidas, y desde 1999, con la creación del Programa para la Conservación de
la Flora y Fauna Silvestre Amenazada de Chile, estudian las especies en peligro
en zonas forestales.
El Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado monitorea catorce especies de flora nativa y otras trece de fauna: el cisne de cuello negro, la chinchilla brevicaudata, la fardela de la mocha, el flamenco, el guanaco, la güiña, el huilín, el pingüino de Humboldt, el puma, el suri, la vicuña, el carpintero negro y la tagua cornuda. Pero los que se llevan la peor parte son los siguientes cuatro animales, catalogadas como de máxima prioridad:
EL HUEMUL
Es una de las especies bandera de la Patagonia chilena: tanto es
así que su imagen fue incorporada en 1834 al escudo nacional. Desde 1996 una
ley prohíbe su caza, tenencia, captura, transporte y comercialización, y en
2006 lo declararon “monumento natural”.
Más allá de los honores, este cérvido herbívoro que habita en bosques, matorrales, humedales, áreas rocosas y desiertos australes figura como “en peligro” en La Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), una de las fuentes científicas de la Conaf. Ahora quedan poco más de mil ejemplares, fundamentalmente por agroganadería, plantaciones forestales, minería, emprendimientos inmobiliarios, turismo no regulado, carreteras, perros salvajes y hasta caza furtiva. A la vez, su hábitat sufre incendios, deterioro de fuentes de agua e introducción de especies exóticas que lo exponen a enfermedades y con las que en muchos casos debe competir por el alimento.
LA CHINCHILLA
La chinchilla lanigera (o chinchilla de cola larga) es exclusiva
de Chile: actualmente vive en matorrales y zonas rocosas del norte, con
colonias en Atacama, la Reserva Nacional Las Chinchillas en Auco y La Serena.
No es la primera vez que está en peligro: en 1950 la dieron por extinguida,
pero hacia 1978 reapareció en poblaciones salvajes.
Quedan cinco mil individuos adultos de esta especie que se alimenta de hierbas y pastos. Aunque debe sobrevivir a ataques de búhos y zorros, su población se redujo un 36 % en los últimos veinte años en gran medida a causa de actividades humanas: caza furtiva para el uso de su piel, comercio de mascotas, pastoreo de ganado, minería, extracción de leña y eventos relacionados a la crisis climática.
EL LORO TRICAHUE
El loro tricahue (o de madriguera) es de “menor
preocupación” según la Lista Roja, pero la reducción de su población en Chile
preocupa a la Conaf. Originalmente se distribuía desde Atacama hasta Valdivia,
pero en la actualidad esta especie bulliciosa y colorida habita unas doce
loreras en sabanas y matorrales de Chile (regiones
de O'Higgins y Maule) y Argentina, con migración ocasional al sur de Uruguay.
Su reducción se debe en gran medida al intenso comercio ilegal: según registros, desde 1981 hubo 122 914 tricahues capturados en la naturaleza para venderlos como mascotas. Actualmente quedan unos 95 000 individuos, y la tendencia es a la baja.
EL PATO YUNCO
La disminución del pato yunco (o petrel zambullidor de Magallanes) todavía es materia de investigación. No es una especie migrante: solo se la encuentra en costas marinas del extremo sur de América Latina, desde Chiloé al Cabo de Hornos en Chile hasta el extremo sur de Argentina, donde puede vivir hasta once años cazando peces pequeños que recoge en cada inmersión en el mar.
Aunque su disminución es lenta, los investigadores la consideran
significativa en Chile y la achacan a la introducción de depredadores como
roedores, conejos, zorros y perros; destrucción de nidos por la cosecha de
guano, desorientación a causa de la contaminación lumínica y desechos
domésticos, entre otros motivos.