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Microplásticos y nanoplásticos detectados en tejido humano

11 de septiembre del 2020

Investigadores hallaron contaminación en 47 muestras de tejido humano. “Una vez que tengamos una mejor idea de lo que hay en los tejidos, podemos realizar estudios epidemiológicos para evaluar los resultados de la salud humana”, señalaron.

Por Roberto Andrés para Sustentartv

Un equipo de la American Chemical Society (ACS) encontró contaminación plástica en forma de monómeros, o bloques de construcción de plástico, en 47 muestras de tejido humano analizadas por espectrometría de masas, incluido bisfenol A (BPA), que todavía se usa en muchos recipientes de alimentos a pesar de los problemas de salud.

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“Nunca queremos ser alarmistas, pero es preocupante que estos materiales no biodegradables que están presentes en todas partes puedan ingresar y acumularse en los tejidos humanos, y no conocemos los posibles efectos en la salud”, señalaron.

La investigación en modelos de vida silvestre ha relacionado la exposición a micro y nanoplásticos con la infertilidad, la inflamación y el cáncer. La investigación, a cargo de Charles Rolsky y Varun Kelkar, fue presentada el pasado 18 de agosto en la Reunión y Exposición Virtual Otoño 2020 de la American Chemical Society (ACS).

La contaminación plástica de la tierra, el agua y el aire es un problema mundial. Incluso, los pequeños fragmentos pueden contaminar el medioambiente. Animales y seres humanos pueden ingerir las partículas, con consecuencias inciertas para la salud. Ahora, científicos informan que están entre los primeros en examinar micro y nanoplásticos en órganos y tejidos humanos.

“Puedes encontrar plásticos que contaminan el medioambiente en prácticamente todos los lugares del mundo y, en unas pocas décadas, hemos pasado de ver el plástico como un beneficio maravilloso a considerarlo una amenaza”, dice Rolsky.

“Hay evidencia de que el plástico se está abriendo camino en nuestros cuerpos, pero muy pocos estudios lo han buscado allí. Y en este punto, no sabemos si este plástico es solo una molestia o si representa un peligro para la salud humana”, agrega.

Los microplásticos son fragmentos de menos de 5 mm (o 0,2 pulgadas de diámetro), mientras que los nanoplásticos son incluso más pequeños, con diámetros inferiores a los 0,050 mm. La investigación en modelos de vida silvestre ha relacionado la exposición a micro y nanoplásticos con la infertilidad, la inflamación y el cáncer, pero actualmente se desconocen los resultados de salud en las personas.

Estudios anteriores han demostrado que los plásticos pueden atravesar el tracto gastrointestinal humano, pero Rolsky y Kelkar están estudiando si las pequeñas partículas se acumulan en los órganos humanos y cómo detectarlas.

Para averiguarlo, los investigadores colaboraron con Diego Mastroeni, para obtener muestras de un gran depósito de tejidos corporales y cerebrales que se estableció para estudiar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Se tomaron muestras de pulmones, hígado, tejido adiposo, bazo y riñones, órganos que pueden estar expuestos, filtrar o recolectar monómeros plásticos y microplásticos. Para desarrollar un método y probarlo, el equipo añadió perlas nano/microplásticas a este conjunto de muestras.

Luego, analizaron la muestra con citometría de flujo, demostrando que podían detectar las perlas que introducían en estas muestras. También crearon un programa de computadora que convirtió la información sobre el recuento de partículas de plástico en unidades de masa y área de superficie.

“Sería ingenuo creer que hay plástico en todas partes, pero no en nosotros”, dijo Rolf Halden, líder del trabajo en la Universidad Estatal de Arizona. “Ahora estamos proporcionando una plataforma de investigación que nos permitirá a nosotros y a otros buscar lo que es invisible: estas partículas son demasiado pequeñas para que las pueda ver el ojo humano. El riesgo [para la salud] reside realmente en las partículas pequeñas”, agregó.

El equipo encontró contaminación plástica en forma de monómeros, o bloques de construcción de plástico, en cada muestra. Se encontró bisfenol A (BPA), que todavía se usa en muchos recipientes de alimentos a pesar de los problemas de salud, en las 47 muestras humanas.

En conjunto, según el conocimiento de los investigadores, su estudio es el primero en examinar la presencia de monómeros, nano y microplásticos en órganos humanos de individuos con un historial conocido de exposición ambiental.

“Una vez que tengamos una mejor idea de lo que hay en los tejidos, podemos realizar estudios epidemiológicos para evaluar los resultados de la salud humana. De esa manera, podemos comenzar a comprender los posibles riesgos para la salud, si los hay”, agregó Kelkar.

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