PROBIÓTICOS: Por qué se recetan cada vez más
PROBIÓTICOS: Por qué se recetan cada vez más
Cada vez es más frecuente que tu médico de cabecera o pediatra te recete probióticos o prebióticos, o una combinación de ambos, en casos de toma de antibiótico o en cuadros de diarreas. Pero, ¿por qué se recetan cada vez más? El vocal nacional de Alimentación del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, Aquilino García, explica que se emplean cada vez más porque cada vez es mayor el estrés, los malos hábitos alimentarios o el abuso de antibióticos.
¿Prebióticos y probióticos, cuál es la diferencia?
Cuando escuchamos hablar de las bacterias nos asustamos, y queremos tomar un antibiótico o agarrar un desinfectante. Pero tenemos que saber que nuestro cuerpo está lleno de bacterias, las tenemos en la piel, pero principalmente en el tracto intestinal y son necesarias para la vida.
Los prebióticos
Son sustancias sin vida, que el organismo no puede digerir, que ayudan a las bacterias beneficiosas a asegurar su vida, y por tanto, su beneficio en nuestro organismo. Algunos ejemplos de prebióticos naturales son avena, cebolla, ajo, plátano verde y biomasa de plátano verde.
Los probióticos
Son microorganismos que proporcionan un beneficio para la salud y ayudan a restituir la flora intestinal. Es decir, son microrganismos vivos. Según las normas de la Organización Mundial de la Salud, un probiótico sería un microorganismo vivo que, cuando se administra en cantidades adecuadas, confiere un beneficio a la salud del consumidor.
Cuando la flora intestinal no está en equilibrio, lo que suele ocurrir después del uso de antibióticos o
Cuando no se tiene una alimentación saludable y equilibrada, el intestino acaba siendo poblado por bacterias malas, que no ayudan al sistema inmune y dejan al organismo susceptible a enfermedades.
Los principales beneficios de los probióticos son:
- Combatir y prevenir enfermedades intestinales como colitis, síndrome del intestino irritable, enfermedad de Crohn e inflamación intestinal;
- Combatir enfermedades como cáncer, candidiasis, hemorroides e infección urinaria.
- Mejorar la digestión y combatir la acidez;
- Combatir el estreñimiento y la diarrea, regulando el tránsito intestinal;
- Aumentar la absorción de nutrientes, como vitamina B, calcio y hierro;
- Fortalecer el sistema imunológico, por aumentar la producción de células de defensa llamadas macrófagos;
- Impedir la proliferación de bacterias malas en el intestino;
- Ayudar a digerir la lactosa, especialmente en personas con intolerancia a la lactosa;
- Prevenir problemas como obesidad, colesterol alto e hipertensión;
- Prevenir alergias e intolerancias alimentarias.
Hay dos formas principales de ingerir probióticos:
- la primera se hace a través del aumento del consumo de alimentos con probióticos naturales, generalmente en productos lácteos, como el yogur o el kéfir, y en otros países también los incorporan en jugos de frutas, y los alimentos ricos en fibra, que ofrece el combustible que necesitan las bacterias para reproducirse.
- y la otra es a través del uso de suplementos con probióticos.