Se realizó la primera liberación de pingüinos magallánicos en la localidad de Monte Hermoso
El pasado sábado, se realizó la primera liberación de pingüinos magallánicos recuperados en la localidad de Monte Hermoso. La misma se llevó a cabo por la mañana frente al Destacamento de la Prefectura Naval.
Hasta la fecha todos los pingüinos rehabilitados habían sido derivados a la Fundación Mundo Marino, en San Clemente del Tuyú, debido a la necesidad de liberarlos en grupos grandes y así poder aumentar su posibilidad de supervivencia en el mar. Pero «este año la cantidad de animales que llegaron a final de temporada en buenas condiciones nos permitió realizar el día sábado 8 de mayo a las 10:30 la primera reinserción a nivel local en las costas de Monte Hermoso junto a nuestros aliados del Museo de Ciencias Naturales Vicente Di Martino de dicha localidad, con quienes venimos trabajando conjuntamente desde los orígenes de la ERFAM. Además de ellos, otros socios imprescindibles para la atención de esta especie son el cuerpo de guardavidas y la delegación municipal del balneario Marisol, los guardaparques de la Reserva Natural Pehuen Có – Monte Hermoso, guardafaunas de Tres Arroyos, la ONG Alma Verde de Monte Hermoso, Sabrina López de Reta y la Prefectura Naval Argentina» expresó Maximiliano Retamozo, jefe del Museo de Ciencias Naturales.
El camino hacia la recuperación
Estas apariciones se dieron en los distintos sectores de la costa bonaerense comprendidos entre Pehuen Có y Claromecó, en su mayoría de Monte Hermoso, Marisol y Reta, debido a que muchos pingüinos quedan en el camino debido a características particulares como la de ser juveniles o por la carga parasitaria; lo cual dificultan su supervivencia y provocan que queden varados en la playa.
«Llegan a la estación pesando menos de la mitad del que debería ser su peso por la falta de alimentación, lo que además de limitar la energía que necesitan para llegar a destino también trae consigo un estado grave de deshidratación (ya que toman el agua a través de la comida), un sistema inmune debilitado que los deja más susceptibles a enfermedades e infecciones y la imposibilidad de regular la temperatura corporal, alcanzando cuadros de hipotermia. Por todo eso, al ingresar, lo primero que se hace es hidratarlos y calefaccionarlos en recintos cerrados para que recuperen su temperatura corporal. Recién una vez que responden bien se les brindan antibióticos y se empiezan a alimentar, pasándose a las piletas.» contó Retamozo.