¿Será verdad que la felicidad también depende de la calidad del aire?
En China, parece que todo es posible. Desde una idea hasta un estudio como este, donde se encontró una asociación entre los bajos niveles de felicidad entre los habitantes de las ciudades y los niveles de contaminación del aire. La investigación da a entender que también esto está produciendo un efecto generalizado en la salud mental.
1.1 millones es el número de muertes prematuras en este país como consecuencia de los altos niveles de contaminación que respiran...
El crecimiento económico de China va de la mano de los efectos secundarios provocados por las partículas contaminantes que emite el tráfico urbano y las plantas que queman carbón para funcionar. Pekín y Shangai son ejemplos de las ciudades más afectadas.
La investigación
Si bien es esperable que una buena productividad y una buena situación económica generen un estado de ánimo ideal, el estudio que llevaron adelante los científicos revela lo contrario...La nube densa que muchas veces da escasa visibilidad es una clara contaminación que asfixia a las ciudades del planeta y puede estar afectando el humor y la salud de las personas.
La investigación fue dirigida por el profesor Siqi Zheng, un científico del Instituto de Tecnología de Massachusetts, quien explicó que “las redes sociales dan una medida en tiempo real de los niveles de felicidad de las personas” y que también ofrecen datos en diferentes ciudades.
Se midió la felicidad en 144 ciudades chinas empleando un algoritmo que analizó el estado de ánimo.
Los resultados de la investigación fueron publicados en el diario Nature Human Behavior donde se expresa:“Para probar esta afirmación, hemos construido una métrica diaria de felicidad expresada a nivel de la ciudad basada en el sentimiento en los contenidos de 210 millones de tweets etiquetados geográficamente en la plataforma de microblogs más grande de China, Sina Weibo”.
La información fue difundida por The Independent, expresando que “los científicos utilizaron datos en tiempo real sobre el estado de ánimo de las personas obtenidos de las redes sociales y los compararon con los niveles de partículas en el aire que se han relacionado con la enfermedad pulmonar”.
El equipo de trabajo luego unió los datos obtenidos con información sobre los niveles de partículas y los patrones climáticos. Se hallaron oleadas de contaminación relacionadas con caídas en la felicidad, “y esto fue particularmente cierto para las mujeres y las personas con ingresos más altos”.
Las conclusiones más destacadas...
- Las personas sufren más los fines de semana, días festivos y días con condiciones climáticas extremas.
- La felicidad expresada por las mujeres y los residentes de las ciudades es más sensible de acuerdo a la contaminación del aire.
- Los datos de las redes sociales proporcionan comentarios en tiempo real para el gobierno de China sobre las crecientes preocupaciones sobre la calidad de vida.
¿Afecta a la salud mental?
Andrea Mechelli es una profesora que dirige el proyecto Urban Mind en el King's College de Londres y esta vez no participó en el nuevo estudio, pero le dijo a The Independent que era "un valioso aporte a un creciente cuerpo de evidencia sobre la contaminación del aire y la salud mental”.
Urban Mind es una aplicación que mide tu experiencia de vida urbana o rural en el momento. Tres veces al día te piden respuestas a preguntas sobre cómo te sentís y el entorno que te rodea.Al final de la prueba de dos semanas, se recibe un informe personalizado que resume tus experiencias durante este período.
Aunque no se ha establecido una relación directa entre la contaminación del aire y la salud mental, Mechelli afirmó que es necesario “desentrañar los vínculos entre la contaminación y la salud para incentivar a los gobiernos a limpiar el aire”.
Todavía quedan por averiguar los múltiples factores que producen dificultades en la capacidad de pensar o los niveles de estrés de las personas, así como los efectos indirectos del aire contaminado que dificulta la socialización externa.
Noelia Gieser, Equipo Sustentar