Se trata del anfípodo de
agua dulce Gammarus duebeni. “Estos resultados destacan el papel crucial
que la biota puede desempeñar para determinar el destino de los microplásticos
en los ecosistemas acuáticos”, señalaron científicos de la University College
Cork de Irlanda.
Por Roberto Andrés para
Sustentartv
Los microplásticos se han vuelto omnipresentes en todos los entornos. Sin embargo, su destino ambiental todavía es en gran parte desconocido. Un grupo de científicos de la University College Cork (UCC) de Irlanda, publicó recientemente un estudio en el que señalan que
“el anfípodo de agua dulce Gammarus duebeni puede fragmentar rápidamente los microplásticos de polietileno, lo que resulta en la formación de fragmentos de plástico de diferentes formas y tamaños, incluidos los nanoplásticos”.
Los fragmentos comprendieron
el 65.7 % de todas las partículas microplásticas observadas acumuladas en el
tracto digestivo. Para los especialistas, “estos resultados destacan el papel
crucial, actualmente poco estudiado, que la biota puede desempeñar para
determinar el destino de los microplásticos en los ecosistemas acuáticos”.
El estudio, titulado Rapid fragmentation of microplastics by the freshwater amphipod Gammarus duebeni y publicado el pasado 30 de julio en Scientific Report (Nature), estuvo a cargo de Alicia Mateos‑Cárdenas, John O’Halloran y Marcel A. K. Jansen de la Escuela de Ciencias Ambientales, Biológicas y de la Tierra de la University College Cork, y de Frank N.A. M. van Pelt, del Departamento de Farmacología y Terapéutica de la misma casa de estudios.
Los microplásticos son
pequeñas partículas cuyo tamaño oscila entre un micrómetro (µm) y un milímetro
(mm) de grosor. Su fragmentación es un componente clave de la degradación
plástica, que es causada principalmente por procesos abióticos, en gran medida
procesos fisicoquímicos como la “fotodegradación UV, una combinación de
degradación UV y abrasión mecánica y un efecto sinérgico de la degradación
oxidativa y la actividad microbiológica”. Sin embargo, estos procesos tienen
lugar durante escalas de tiempo prolongadas.
Por su parte, Mateos-Cárdenas,
A., O’Halloran, J., van Pelt, F.N.A.M. et al. señalan que el anfípodo Gammarus
duebeni no solo “puede fragmentar eficazmente microplásticos de 10–45 µm en una
gama de tamaños que incluyen nanoplásticos (558 nm – 1 µm)”, sino que la
fragmentación puede observarse luego de 96 horas como máximo. “Esto es
extremadamente rápido en comparación con los procesos abióticos antes
mencionados que actualmente se cree que impulsan la fragmentación plástica.
Esta diferencia en la escala de tiempo resalta la relevancia ambiental de la fragmentación
digestiva observada en el contexto del destino general de los plásticos en el
medioambiente”, indican.
Hasta el momento se sabía que el
poder de fragmentar biológicamente microplásticos para convertirlos en nanoplásticos
era una característica del Krill antártico Euphausia superba. Sin embargo, a
diferencia de este último, cuyo metabolismo es inhibido por una exposición
repetida a altas dosis de microplásticos, el estudio señala que en el caso del
Gammarus duebeni, un aumento del tiempo de exposición y de la concentración del
material condujeron a una mayor acumulación y fragmentación del mismo.
“Asimismo, la presencia de
alimentos durante la depuración también tuvo un efecto sobre la forma y el
tamaño de los fragmentos de plástico. Los fragmentos de plástico pequeños e
irregulares, incluidos algunos en la escala nano, fueron los fragmentos más
comunes presentes en las tripas del G. duebeni y en las tripas intermedias
después de la depuración de alimentos. Esto indica que el suministro de alimentos
es un factor clave que puede estimular la fragmentación biológica de los
plásticos”, aseguran.
Sin embargo, el concepto de fragmentación biológica de los plásticos está poco explorado y queda por demostrar si este es un proceso exclusivo de un pequeño número de especies o si está más extendido en todo el mundo natural. “La importancia de la fragmentación digestiva se relaciona con el destino ambiental de los microplásticos y la generación potencial de grandes cantidades de nanoplásticos con impactos sustancialmente desconocidos”, declaran los especialistas.