Una enzima mutante que ¿devora el PET?
Crean una enzima mutante que "se come" el plástico
El descubrimiento, hallado por casualidad, podría ser crucial en la lucha contra la contaminación por este material. Una enzima producida por la bacteria Ideonella sakaiensis descompone las botellas de plástico.
Isla Henderson. Contaminación por plástico en la playa este de la isla Henderson. Foto: Jennifer Lavers
El plástico es omnipresente, barato y fácil de producir, pero deshacernos de él es un quebradero de cabeza, pues no se degrada con facilidad. Y es que no existe en la naturaleza ningún mecanismo que resulte lo suficientemente eficaz para asimilarlo al ritmo del uso que le damos. Se calcula hasta que los polímeros que lo componen empiecen a desintegrarse a nivel molecular, pueden pasar un mínimo de 450 años. De ahí la urgencia de encontrar una solución antes de que sea demasiado tarde.
¿Por qué seguimos eligiendo el plástico?
Por el momento, los componentes químicos de las botellas de plástico siguen siendo baratos, por lo que los fabricantes no piensan dos veces antes de producir un sinfín de botellas. Lo que se necesita es un cambio en la percepción del público mediante el cual los productos de plástico reciclado sean valorados más por los clientes para que los fabricantes estén más inclinados a comenzar a producirlos.
Playas de plástico. Detalle de los escombros de plástico en East Beach, isla de Henderson. Foto: Jennifer Lavers
En 2016, un equipo científico japonés descubrió una bacteria capaz de descomponer la molécula del tereftalato de polietileno (PET), un tipo de plástico muy usado en la fabricación de envases. Ahora, basándose en este descubrimiento, investigadores de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido) y del Departamento de Energía de Estados Unidos han modificado la enzima producida por la bacteria, resultando de ello una nueva molécula capaz de descomponer el plástico incluso mejor de lo que hacía el organismo unicelular.
La especie de bacteria, Ideonella sakaiensis, podría desplegarse para consumir grandes cantidades de desechos plásticos con la ayuda de una enzima especial que producen las bacterias.
Un descubrimiento fortuito
Los científicos descubrieron que la molécula que investigaban era es muy similar a la cutinasa, una enzima presente en algunas bacterias y que es capaz de degradar la cutina, un polímero producido por los vegetales. Sin embargo, cuando manipularon la enzima para investigarla, descubrieron accidentalmente la sorprendente capacidad de la molécula para descomponer el plástico.
En concreto, según el equipo de investigadores, la enzima mutante tarda unos días en realizar dicha función, un tiempo que advierten podría ser incluso menor si se llega a producir a gran escala, de una forma similar a las enzimas usadas para producir detergente en polvo o biocombustibles.
Un posible uso
Sería, por ejemplo, transplantar la enzima mutante a una ‘bacteria extremófila’ capaz de sobrevivir por encima de los 70 ºC, una temperatura en la que el PET se vuelve viscoso. De esta forma, según los científicos, podría degradarse hasta un 10% más rápido de lo que lo hace en el medio natural. Otra opción, según los investigadores, sería convertir el PET en polímeros biodegradables, como el PHA o el PHB.
Sea como fuere, según McGeehan, profesor en la Escuela de Ciencias Biológicas en Portsmouth y autor del estudio, este inesperado descubrimiento sugiere que estamos más cerca de una posible solución definitiva para deshacernos de todo el plástico sobrante que amenaza al medio ambiente.
"Literalmente podemos reciclar [plástico] de vuelta a plástico, [lo cual] significa que no necesitaremos desenterrar más petróleo y, fundamentalmente, debería reducir la cantidad de plástico en el medio ambiente".