Según un estudio a cargo de científicos del Departamento de Ciencias Geográficas de la Universidad de
Maryland (Estados Unidos), la conversión de los pastizales ubicados al sur del
río Negro en tierras de cultivo produciría una alteración significativa del
ciclo del carbono en toda la región, contribuyendo con siete veces más carbono
a la atmósfera que las emisiones de los pastizales.
“Durante décadas, ha habido
una conversión del uso de la tierra en todo el mundo de ecosistemas de
pastizales naturales a tierras de cultivo para aumentar las ganancias agrícolas
y satisfacer la creciente demanda de alimentos, piensos y fibra”, afirman. Sin
embargo, los resultados de la investigación “resaltan el riesgo potencial de
una conversión extendida del uso del suelo en el ciclo del carbono, cambiando
de un sistema de carbono casi neutro (pastizales) a una fuente de carbono
(tierras de cultivo)”.
El estudio, titulado Land-use conversions from managed grasslands to croplands in Uruguay increase medium-term net carbon emissions to the atmosphere y publicado el pasado 16 de junio en la revista Land Use Science, estuvo a cargo de César Izaurralde, José Castaño y Stephen Prince. Se basa en gran parte del territorio al sur del río Negro, dejando por fuera Montevideo, San José, Canelones y partes de Rocha, Colonia, Soriano, Cerro Largo y Treinta y Tres, zonas en las que usaron un modelo para estimar cuánta serían las emisiones netas de carbono tanto en las zonas de pastizales con ganadería como en las zonas de cultivo.
700.000 km2 DE PASTIZALES TEPLADOS PAMPEANOS EN ARGENTINA, BRASIL Y URUGUAY
Los pastizales templados representan
una gran fracción de la vegetación de la Tierra. Grandes extensiones de ellos,
con tierras de cultivo asociadas, se encuentran particularmente en las
latitudes medias de Asia, América del Norte y América del Sur. Respecto a los
pastizales de la pampa, estos forman una de las regiones de pastizales
templados más grandes del mundo, ocupando más de 700.000 km² en el este de
Argentina, Uruguay y el sur de Brasil.
A nivel mundial, se están
produciendo importantes conversiones de tierras de pastizales templados
gestionados tradicionalmente en tierras de cultivo, contribuyendo significativamente
al comercio nacional e internacional de productos agrícolas, induciendo así
cambios extensos e intensivos en el uso y cobertura del suelo y afectando el
ciclo del carbono y las propiedades de los ecosistemas.
Entre estas conversiones se encuentra las del centro-sur de Uruguay, donde los cambios en las últimas décadas probablemente han impactado la productividad de las plantas, la calidad del suelo y los flujos de carbono a escala regional. Aquí viven 222 de las 351 especies de aves (62,67 %), 55 de las 74 de mamíferos (74,32 %), 36 de las 65 de reptiles (55,3 %), cuatro de las 48 de anfibios (8,33 %) y 114 de las 315 especies de plantas leñosas (36,19 %).
EN URUGUAY LA CUBIERTA VEGETAL DISMINUYÓ EN UN 67 %
Sin embargo, a diferencia de
otras regiones, Uruguay todavía tiene un alto porcentaje de pastizales, por lo
que son vulnerables al cambio de uso del suelo. El país expandió su área de
cultivo de 200.000 hectáreas a más de 1.000.000, principalmente debido al
cultivo de soja (Glycine max) y trigo (Triticum aestivum). El área cubierta de
pastizales disminuyó de 67,4% a 61,4%, proceso que tuvo lugar principalmente en
la región centro-sur de Uruguay.
En cuanto al flujo neto de CO2
entre el ecosistema terrestre y la atmósfera, los investigadores señalan: “El
modelado del intercambio neto del ecosistema mostró que, en promedio, las
emisiones de carbono de los pastizales eran casi neutrales (0,1 Mg CO2 por
hectárea al año), mientras que las tierras de cultivo contribuían casi 7 veces
este valor”.
Dado que un Mg es un millón de gramos, es decir, 1.000 kilos o una tonelada, los campos con pastos emiten 100 kilos de dióxido de carbono al año por hectárea, mientras que los cultivos de soja y otros emiten unos 700 kilos al año. “Ambos ecosistemas emitieron CO2 a la atmósfera o actuaron como fuente de carbono del suelo; sin embargo, mientras que el pastizal estaba cerca de ser carbono neutral, los cultivos emitían una cantidad considerable”, explican.