Bosques restaurados como un escudo contra el cambio climático
Bosques restaurados como un escudo contra el cambio climático. Científicos dicen que la deforestación debe ser detenida, para limitar el cambio climático y conservar la diversidad biológica. Costa Rica, logró que después de una feroz tala, reforestar esas zonas. Y con ello se comprende el enorme potencial de los bosques restaurados como un escudo contra el cambio climático para absorber las emisiones peligrosas del aire.
Durante algunas décadas a mediados del siglo XX, Costa Rica taló una mayoría de sus antiguos bosques. Pero después de una enorme campaña de conservación y una ola de reforestación, los árboles ahora cubren más de la mitad de Costa Rica.
El bosque Cuatro Ríos en Costa Rica, el terreno era un pastizal para ganado hace solo 45 años. Cuando cayó el mercado de la carne de res, los dueños permitieron que el bosque lo reclamara. Ahora, el bosque de Cuatro Ríos, cerca de la diminuta aldea de La Virgen, es un sitio de estudio para Chazdon, una ecologista de la Universidad de Connecticut, quien se ha vuelto una voz importante que argumenta que la recuperación de los bosques a gran escala puede ayudar a solucionar algunos de los problemas del mundo.
En la batalla por limitar los riesgos del cambio climático, ha sido claro desde hace décadas que enfocarse en los inmensos bosques tropicales del mundo (salvando a los que quedan, y quizá permitiendo que crezcan nuevos) es la estrategia más prometedora a corto plazo. Eso se debe al gran papel que juegan los bosques en lo que se llama el ciclo del carbono del planeta.
Los árboles absorben el principal gas de invernadero, el bióxido de carbono, del aire y encierran al carbono en su madera y en el suelo debajo de ellos. Destruirlos, típicamente quemándolos, arroja a gran parte del carbono de nuevo al aire, contribuyendo al cambio climático.
Con el tiempo, los humanos han talado o dañado al menos tres cuartas partes de los bosques del mundo, y esa destrucción ha representado gran parte del exceso de carbono que está calentando al planeta. Pero ahora, impulsados por un creciente movimiento ambiental en países que albergan
a los bosques tropicales, y la creciente presión de los consumidores occidentales que se preocupan por las prácticas sustentables, los líderes corporativos y gubernamentales están promoviendo una nueva campaña para refrenar la tala, y eventualmente ponerle fin.
Durante toda la historia geológica del planeta, el carbono en varias formas ha fluido entre el sueño, el aire y el océano. Un gran cuerpo de evidencia científica demuestra que la cantidad de carbono en el aire en un momento dado, en la forma de dióxido de carbono, determina en gran medida la temperatura del planeta.
Reportes científicos sugieren que entre 20 y 25 por ciento del Dióxido de carbono que la gente está bombeando al aire está siendo absorbido por los árboles y otras plantas, lo cual sigue aumentando más y más aún cuando las emisiones humanas sigan creciendo.
Pero cuando la gente daña o destruye los bosques, eso expulsa dióxido de carbono al aire, empeorando el problema del calentamiento. Los científicos concluyeron hace décadas que la deforestación debe ser detenida, tanto para limitar el cambio climático como para conservar la diversidad biológica del mundo. En estos días, también están llegando a comprender el enorme potencial de los bosques nuevos o en recuperación para ayudar a absorber las emisiones peligrosas del aire.