La ensalada desde su casa.

La ensalada desde su casa.

09/18/2015 0

La ensalada la obtienen de su propio jardín, por ejemplo: Granadillas, frambuesas, cebolla, lechuga, tomate y otros vegetales y frutas se pueden encontrar en el jardín de la casa de la familia Londoño Caicedo, en el barrio Niza Antigua.

Esta familia, que conforman Sara Caicedo, Felipe Londoño y su pequeño hijo Daniel Felipe Londoño, se ahorra lo de la compra de vegetales en el mercado, ya que se han dedicado a sembrarlos, sin pesticidas y fertilizantes químicos, en su propio hogar desde hace cinco años. «Por mi abuelita y mi mamá me surgió la afición por cultivar. Cuando chiquita sembraba maíz y fresa en una finca en la que vivíamos en zona rural de Cali», contó Sara.

Sin embargo, tuvo que dejar la agricultura cuando comenzó sus estudios en Finanzas en la Universidad Externado de Colombia. «Llegué a Bogotá y pues por la carrera ya no me quedaba tiempo para sembrar», narró.

Años después, Sara se casó con Felipe Londoño, un ingeniero industrial, y se fueron a vivir a un apartamento en Chapinero Alto. «Allí teníamos una terraza en la que me volví a dedicar a los cultivos, porque empecé a contar con un poco más de tiempo para hacerlo», dijo Sara.

Pero sembrar en la terraza les iba a generar exceso de humedad en las paredes del apartamento o la tierra de los cultivos se podría filtrar por los sifones tapándolos, así que Felipe aplicó sus conocimientos en ingeniería industrial y creó unos muebles para que su esposa cultivara en el hogar. «Buscábamos que fuera fácil y cómodo sembrar en casa, lo que implicaba que los muebles tuvieran a una altura correcta, pero que fueran decorativos, resistentes y también ecológicos», explicó Felipe. Así surgieron los Gardinus, unas estructuras desarmables en aluminio o madera que cargan materas en lona.

Para esa época los Londoño Caicedo se fueron a vivir a una casa en el barrio Niza Antigua y le daban la bienvenida a un nuevo integrante, el pequeño Daniel Felipe.

«En Chapinero Alto cultivábamos hierbas aromáticas y a veces tomate. Pero en esta casa se puede cultivar de todo. Yo no volví a comprar lechuga como desde el 2011», afirmó Sara.

Y con el cambio de casa surgieron nuevos diseños para la agricultura urbana: las camas elevadas (cajones en donde va la tierra sobre la que se va a sembrar con una base que los eleva del suelo) y los ubuntus (cajones para la tierra que se dejan sobre el piso).

Con estos diseños y con los conocimientos de Sara en la agricultura, los Londoño Caicedo organizaron una compañía con la que inspiran a los ciudadanos para que cultiven en sus casas.

«Además de los muebles, hacemos cursos cada tres meses. Con la agricultura urbana se ayuda a solucionar los retos que tiene la humanidad como es el manejo de las basuras y el aprovechamiento del agua», dijo Sara.

Otro de los beneficios de estos cultivos es que Daniel Felipe se come todas las verduras. «Para que los niños coman vegetales es muy complicado, pero como Daniel ve cómo se siembran y crecen, se divierte comiéndolas», concluyó Sara.

Sabrina Pin
sabri