Pardela balear, el ave marina en peligro
Un estudio reciente ha evaluado el impacto de la contaminación lumínica en tres especies de petreles en las islas Baleares, incluyendo a la pardela balear, el ave marina en peligro, más amenazada de Europa. Es cierto que esto no se trata de un fenómeno nuevo. El problema afecta a más de 40 especies de todo el mundo, algunas catalogadas en peligro de extinción como la pardela balear o la pardela de Newell.
Los pollos de los petreles abandonan el nido de noche, pero los primeros vuelos de estas aves marinas hacia el mar se ven entorpecidos por la luz de las ciudades. Muchos colisionan o caen al suelo donde son vulnerables a atropellos y predadores.
Algunos archipiélagos como los de Hawái, La Reunión, Azores o Canariasson testigo de esta amenaza desde hace bastante tiempo. “En algunas épocas reproductivas se registran en todas estas zonas más de 2.000 aves caídas al suelo en apenas 20 días (duración del periodo de emancipación)”, dice a Sinc Airam Rodríguez, investigador en el departamento de Ecología Evolutiva de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), y autor principal de un estudio en el que se han analizado los datos de tres centros de recuperación de Mallorca, Menorca e Ibiza entre 1999 y 2013.
El trabajo, que publica el Journal of Ornithology, ha permitido evaluar cómo afecta el alumbrado exterior de carreteras, coches, calles o instalaciones deportivas de las ciudades a tres especies de petreles que se reproducen en el archipiélago balear y que se encuentran amenazadas:
- la pardela balear (Puffinus mauretanicus),
- la pardela cenicienta (Calonectris diomedea)
- el paíño europeo (Hydrobates pelagicus).
Números que crecen
Los cálculos –realizados a partir de las 304 aves rescatadas a una distancia media de 4.833 metros de sus colonias más cercanas– demuestran que menos del 1% de los pollos producidos cada año por la población son encontrados en el suelo debido a la contaminación lumínica. “Esta tasa de afección es muy baja comparada con lo reportado para otras especies en otros archipiélagos”, apunta Rodríguez, aunque subraya que la pardela balear es la más afectada de las tres especies.
«La rapidez con la que se rescata a los ejemplares caídos es crucial para su supervivencia futura”, asegura el investigador Airam Rodríguez
Según los investigadores, el bajo porcentaje puede deberse a dos factores: a la distribución de las colonias –principalmente localizadas en lugares cercanos a la costa, acantilados e islotes–; y a la ausencia de campañas de concienciación y rescate que impliquen al público en Baleares. “En Canarias, por ejemplo, estas acciones se hacen desde 1990 y en Hawái desde 1978”, observa el científico.
Menorca es la isla donde más aves se encontraron en el suelo (147), seguida de Ibiza (92), Mallorca (61) y Formentera (4). “En realidad, la rapidez con la que se rescata a los ejemplares caídos es crucial para su supervivencia futura”, asegura el experto. El estudio recoge que 26 de las 304 aves caídas al suelo en 15 años en Baleares murieron a causa de la contaminación lumínica.
Además, usando una foto nocturna tomada por satélite, los investigadores analizaron los niveles de contaminación lumínica en los alrededores de las colonias de cría. “Entre el 30 y el 47% de las colonias (dependiendo de la especie) está expuesta a niveles altos de contaminación lumínica”, señala Rodríguez.
Para revertir, campañas de rescate
Aunque los números de aves caídas no parecen ser alarmantes, para el equipo es primordial realizar un esfuerzo con el objetivo de mantener los niveles de contaminación lumínica lo más bajos posible. Teniendo en cuenta que se trata de especies amenazadas, los científicos recomiendan establecer campañas de rescate específicas en las temporadas de emancipación, sobre todo en el caso de la pardela balear. “Así se evitaría una fuente de mortalidad adicional para estas aves marinas amenazadas”, concluye Rodríguez.
Zona geográfica: Islas Baleares
Fuente: SINC