¿SABíAS QUE LOS PERROS REALMENTE DETECTAN LA TRISTEZA Y SIENTEN LA RESPONSABILIDAD DE SOLUCIONARLA?
Un equipo de investigadores se encargaron de demostrar científicamente que la comunidad perruna detecta la angustia y el vacío de los seres humanos. Además, las mascotas creen por instinto que su tarea es cambiar ese estado de ánimo depresivo de los humanos que consideran su familia.El equipo de jóvenes científicos que se ocuparon de la investigación, son investigadores especializados de un staff seleccionado de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos. Los mismos contaban con la hipótesis de que son capaces de reconocer sentimientos y de sentirse mal por ello, por lo cual, sus enunciados se basaban en seres capaces de sentir empatía en su cerebro a partir de constatación empírica como punto inicial.
Los académicos de la Universidad norteamericana de Johns Hopkins, lograron la confirmación a través de diversos estudios que abarcaban varios campos neurocientíficos y biológicos que efectivamente, los perros son capaces de percibir las emociones de los humanos que los cuidan. En el momento que ellos detectan sentimientos negativos, fundamentalmente la tristeza o la desesperación, hacen lo posible para que esa sensación cambie y se sientan protegidos, apartando la soledad.
EMPATíA Y RECIPROCIDAD POR EL LAZO AFECTIVO CON LOS HUMANOS
Asimismo, demostraron un puñado de detalles empáticos. Ya que si el perro fracasa, se evidenció que son instintivamente capaces de sentir ese estrés y dolor de sus personas favoritas en el mundo entero, en esa porción pequeña que para ellos es su universo. Las mascotas tienen la capacidad de llorar, de desplegar lágrimas y experimentar las emociones que sienten las personas. En algunas ocasiones demostraron que se sienten peor y más deprimidos por creer que su trabajo está mal hecho al no cambiar las circunstancias. Y en menor medida figuraba la opción de sentir que sus dueños no los quieren demasiado.
En la investigación mencionada, los científicos elaboraron una descripción en el marco teórico de su trabajo, precisando detalles del lazo fuerte y de lo que esa conexión implica entre un ser humano y su mascota. Determinaron que ambos se pueden conectar de tal manera, que a la vez tienen un crecimiento mutuo y si el trato hacia al animal es bueno así como su alimentación y educación, el perro se siente apreciado y esa ayuda al ofrecerle un hogar y una vida digna, se torna recíproca en la necesidad de ayuda cuando una persona llora o requiere atención. Las mascotas aportan brillo a nuestras vidas y agrandar la familia, proporcionando amor, protección y por sobre todas las cosas, fidelidad.
Por Vanessa Furlón, equipo Sustentartv