Teflón: cuando la comida no se pega, pero queda en tu cuerpo
Por Alejandra Goncalves Mendes | Sustentartv
¿Cuánto pagarías en salud para que el huevo no se te pegue a la sartén?
Esa fue la pregunta que me hice para empezar este post, a partir de ahi empecé a investigar sobre el teflón. Porque sí, yo también tengo sartenes con recubrimiento antiadherente, algunas ya las cambié, otras siguen ahí, en el estante y como muchas personas, pensaba que eran una solución cómoda, limpia y moderna. Hasta que descubrí lo que hay detrás de ese supuesto “beneficio”.
Y no me gustó nada saber que voy a tener que cambiar cosas en mis costumbres, mis ollas, aprender a cocinar de otra forma, me resistí.
El lado oscuro del teflón: ¿qué son los “químicos eternos”?
El teflón, cuyo nombre químico es politetrafluoroetileno (PTFE), no es el verdadero problema en sí mismo, sino los compuestos utilizados para fabricarlo y fijarlo: los PFAS (sustancias perfluoroalquiladas). Se los conoce como “químicos eternos” porque no se degradan ni en el ambiente ni en nuestros cuerpos. Literalmente, se quedan para siempre.
Según la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA), estos químicos están asociados a:
Disfunciones hormonales
Problemas hepáticos y renales
Trastornos del desarrollo
Cáncer de testículos y riñón
Alteraciones inmunológicas
Y lo más alarmante: están en todas partes. Un estudio de los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades) encontró PFAS en la sangre del 98% de la población de EE.UU.
“Están prohibidos, pero se siguen vendiendo”: el doble estándar
En el episodio más reciente de nuestro podcast, hablamos con el DR Carlos Di Pietrantonio, Epidemiólogo y divulgador científico, quien nos ayudó a entender por qué sigue en circulación y que podemos hacer en casa.
“Los PFAS están prohibidos o limitados en muchos países, pero se siguen utilizando en productos como textiles, cosméticos, envoltorios de comida rápida y, sí, utensilios de cocina. Es un problema de regulación desigual y desinformación.”
A pesar de las restricciones internacionales, la industria sigue fabricando nuevas versiones de PFAS, más difíciles de detectar, pero con efectos similares. Y lo peor: cuando los utensilios se rayan o se calientan en exceso, liberan estas sustancias al aire y a los alimentos.
¿Entonces qué hago con mis ollas?
El primer paso es informarte, porque el conocimiento genera poder (y cuidado).
Recomendaciones básicas:
No uses ollas o sartenes con teflón rayado o desgastado. En lo posible no las uses.
Evitá calentar en exceso estos utensilios (nunca a fuego fuerte sin nada dentro).
Optá por alternativas más seguras: acero inoxidable, hierro fundido, cerámica sin PFAS certificados o vidrio.
Revisá etiquetas de productos que digan «resistentes a manchas», «impermeables» o «antiadherentes» sin más explicación ya que probablemente estas contengan teflón o algun derivado..
Cambiar hábitos para no heredar tóxicos
Lo que comemos importa. Pero cómo lo cocinamos también.
Hoy tenemos la posibilidad de elegir con más conciencia. De no caer en el sesgo de “si está en el mercado, debe ser seguro”, porque muchas veces las regulaciones llegan tarde. Mientras tanto, nuestra salud y la del planeta pagan el costo bastante alto.
Escuchá el episodio completo y compartilo
En este episodio de Sustentartv, hablamos con Carlos Di Pietrantonio y desarmamos los mitos del teflón. Vas a conocer:
Como actúan los PFAS en tu cuerpo
Por qué no se degradan y cómo entran en la cadena alimentaria
Qué alternativas reales existen
Cómo proteger tu salud sin caer en el miedo, sino en la acción