Amazonia, desmontada y ¨presa¨ de la economía en Belo Monte.
La construcción de una serie de enormes presas como elemento central del Programa de Aceleración del Crecimiento del Gobierno brasileño, que pretende estimular el crecimiento económico del país mediante la construcción de una enorme infraestructura de carreteras y presas, principalmente en la región del Amazonas.
El tamaño de estos proyectos amenaza con dañar o destruir amplias superficies de tierra, de las que dependen para su supervivencia numerosos pueblos indígenas, incluidos varios grupos de indígenas no contactados extremadamente vulnerables.
La presa de Belo Monte es un claro ejemplo.
El Gobierno brasileño prevé la construcción de la gran presa de Belo Monte en el río Xingú de la Amazonia.
La presa, que sería la tercera más grande del mundo, anegaría una extensa área de tierra, desecaría partes del río Xingú, destruiría la selva y reduciría las reservas de peces imprescindibles para la supervivencia de distintos pueblos indígenas de la zona, como los kayapós, araras, jurunas, arawetés, xikrines, asurinis y parakanãs.
El inicio de las obras, hace exactamente un año, desbordó la ciudad de Altamira, a 40 km, y los municipios vecinos.Se estima que la población de unas 100.000 personas aumentó en casi 50%, los servicios de salud y educación están tan desbordados como el tránsito, los cortes de luz son crecientes y el lugar vive un boom, con construcciones y barrios enteros surgiendo por doquier,
Unas 6.000 familias se preparan para abandonar sus casas que serán inundadas por la represa.
Además, la presa destruiría los medios de vida de miles de indígenas que dependen de la selva y del río para obtener agua y alimentos.
La afluencia de inmigrantes a la zona durante la construcción de la presa amenaza con introducir violencia en la zona y contagiar enfermedades a estos indígenas, de forma que se ponga en riesgo sus vidas.
Los indígenas kayapós y otros pueblos indígenas de la zona llevan protestando contra la presa desde que su construcción se propuso inicialmente en los años ochenta.
En una carta dirigida al presidente Lula da Silva, los kayapós declaran lo siguiente: “No queremos que esta presa destruya los ecosistemas y la biodiversidad que nosotros hemos cuidado durante milenios, y que aún podemos preservar”.
Los indígenas afirman que se opondrán a la presa por todos los medios y que, si la construcción prosigue, el río Xingú se convertirá en un río de sangre.
La Oficina del Fiscal General, junto con numerosas organizaciones locales e internacionales, ha pedido que se suspenda la licencia, alegando que los estudios de impacto medioambiental estaban incompletos y que los indígenas y demás personas que se verán afectadas no han sido debidamente consultadas.
‘El mundo debe saber lo que está ocurriendo aquí, debe comprender que destruir las selvas y a los pueblos indígenas destruye el mundo entero.
LÍDERES INDÍGENAS KAYAPÓS
Si la construcción de esta presa sigue adelante miles de personas perderán sus hogares, su sustento de vida y sus vidas. Los pueblos indígenas necesitan sus tierras para sobrevivir y, al haberlas habitado durante siglos, guardan un profundo vínculo espiritual con ellas.
En un sobrevuelo en avioneta sobre el Xingú, uno de los principales afluentes del Amazonas con casi 2.000 km de extensión, plagado de islas y rodeado de selva, se observan kilómetros de tierra removida y las obras avanzando a todo vapor en tres gigantescos canteros, sobre el verde paisaje y el húmedo calor.
Hace algunos meses, en Agosto, el Ministerio de Energía y Minas (MEM) señaló la suspensión del proyecto hasta el año 2020, por no considerarlo una prioridad.
Lamentablemente, el 27 del mismo mes el Presidente de la Corte Suprema de Brasil revocó el mandato de suspensión, autorizando la reanudación inmediata de las obras. Sin embargo, aún está pendiente que el pleno de la Corte Suprema analice el mérito del asunto, existiendo la posibilidad de que dicha instancia ratifique la decisión que suspendió el proyecto.
Ninguna suma monetaria o medida de compensación podrá reemplazar sus tierras ancestrales.
Redacción sustentar
Fuente:www.survival.es