¿Cómo llega Argentina a la cumbre climática de Glasgow?
Según
el Climate Transparency Report, publicado en octubre de cara a la COP26 de
Glasgow, Argentina está todavía lejos de ponerse en sintonía con un aumento de
temperatura promedio por debajo de los 1.5 °C en la superficie terrestre, pese
a los compromisos anunciados para reducir sus emisiones. Pero, aún hay
esperanzas, ya que “Argentina tiene la oportunidad de transitar directamente a
fuentes de energía renovables en lugar de seguir confiando en el gas natural”.
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EMISIONES PER CAPITA QUE EL PROMEDIO DEL G20
En los últimos 30 años, Argentina aumentó un 30 % sus emisiones de gases de efecto invernadero, la gran mayoría pertenecientes a los sectores del transporte y la energía. Sin embargo, esto no se ha traducido en políticas climáticas acordes a las exigencias actuales para evitar un aumento en la temperatura promedio mundial.
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El último NDC argentino presentado en diciembre de 2020, es decir, la última cifra aceptada por el Ejecutivo en sus compromisos para reducir las emisiones nacionales, es de 359 MtCO2 para 2030, un aumento del 35 % respecto a niveles de 1990. Sin embargo, el número ideal para los especialistas es de 2010 MtCO2 (o 9 % más bajo que en 1990.
NEUTRALIDAD DE CARBONO PARA 2050
El
objetivo argentino es llegar a la neutralidad de carbono para 2050. Las
emisiones per capita descendieron un 20,6 % entre 2013 y 2018, pero el país
tiene 7,9 contra las 7,5 emisiones per capita de GEI del G20 de conjunto. A
su vez, el consumo de energía per capita está muy por debajo del promedio del
G20: 72 GJ/capita versus 97 GJ/capita en 2019.
Por otro lado, Argentina rankea 17° a nivel G20 con respecto a las muertes ocasionadas por eventos climáticos extremos, con 26 muertes por año entre 2000 y 2021, y siguen en aumento la exploración de gas natural a través del fracking en Vaca Muerta, Neuquén, y los subsidios a la industria fósil.
Por su parte, las emisiones originadas por la aviación siguen en aumento, las ventas de autos eléctricos representan menos del 1 % de las ventas totales, la población aumentará un 21 % hacia 2050, y el país se urbanizará aún más (actualmente el 92 % de los habitantes vive en áreas urbanas).
Para 2019 los eventos climáticos extremos tuvieron su contraparte económica: se perdieron 302 000 millones horas de trabajo potencial. Mientras, las olas de calor en la Ciudad de Buenos Aires tendrán más frecuencia y duración.
El Gobierno fija la transición energética como una de sus prioridades, pero no se han anunciado planes ni programas al respecto. El país introdujo un impuesto al carbono en 2018 para los combustibles líquidos, pero no grava el combustible fósil más utilizado en el país, el gas natural.
¿CÓMO MITIGAR LA CRISIS CLIMÁTICA EN ARGENTINA?
Según el Climate Transparency Report, para limitar el aumento de temperatura, en 2030 las emisiones globales de CO2 deben estar un 45 % por debajo de los niveles de 2010 y llegar a cero neto para 2050.
DOS VÍAS: ENERGÍA Y AGRICULTURA
Hay dos vías para reducir emisiones: por una parte, a través de la reducción de energía usada en los sectores energético, industrial, de transporte y construcción; por otra, a través del uso de la tierra y la agricultura.
La industria es responsable por un 16,96 % de emisiones directas y 8,18 indirectas, que a diferencia de la tendencia del G20 vienen en ascenso. No hay planificación urbana enfocada en la crisis climática: el área de la construcción concentra un 15,11 % de las emisiones directas de CO2 y un 12,66 % indirectas.
En 2017 el 70 % del transporte de pasajeros y el 93 % del de mercancías fueron por carretera y con predominio de combustibles fósiles. El suministro de energía se da principalmente con un 85 % de combustibles fósiles (gas natural y petróleo) y apenas un 5 % de energías renovables (sobre todo biomasa y eólica).
Actualmente solo un 1 % de la energía argentina proviene del carbón, pero en 2021 el Gobierno anunció planes de abrir una central térmica de carbón (240 MW) en Río Turbio, Santa Cruz.
Aunque a nivel total las energías renovables tienen una participación marginal en la generación de energía, desde 2014 a 2019 han tenido una rápida expansión: aumentó un 384 % contra el 20,4 % del G20.
Climate Transparency recomienda que se cumpla con urgencia la ley de bosques nativos para proteger estos sumideros naturales de carbono. En la actualidad, las emisiones provenientes del uso del suelo fueron solo el 8 % para 2016, mientras la deforestación sigue siendo un problema.
En abril Alberto Fernández prometió tratar la deforestación ilegal como un delito, pero hasta el momento no ha habido novedades al respecto. La ganadería es la principal responsable de las emisiones derivadas del agro, especialmente por fermentación (57 %) y estiércol (26 %) del ganado.
¿ARGENTINA ESTÁ PREPARADA PARA ADAPTARSE?
La preparación para la adaptación entre 2000 y 2018 está por debajo del promedio del G20 y no está mejorando. Climate Transparency deja asentado que no hay políticas de adaptación en agricultura, biodiversidad, pesca y áreas costeras, energía, bosques, salud, turismo, transporte y agua, por ejemplo. Cero.
Por su parte, Climate Action Tracker, citado en el informe, califica las metas y políticas climáticas de Argentina como “muy insuficientes”. En lugar de conducir a una baja en las emisiones, llevan a un aumento incompatible con los objetivos del Acuerdo de París.
LA ESPERANZA ES LO ÚLTIMO QUE SE PIERDE
Es
necesario elimina progresivamente la exploración de combustibles fósiles en el
sector energético, deja de subsidiar el petróleo y el gas natural, encara una
transición a fuentes de energía renovable en lugar de seguir apostando al gas
natural, y proteger ecosistemas como bosques y humedales, indispensables para
mitigar y adaptarse a la crisis climática. También es necesario reducir en un
10 % las emisiones de metano de la agricultura para 2030 y un 35 % para 2050 de
acuerdo a los niveles de 2010.