El 79 % de los desastres en los últimos 50 años involucró peligros relacionados con el clima
Lo señaló la Organización
Meteorológica Mundial en su nuevo reporte 2020 State of Climate Services. “Estos
desastres representaron el 56 % de las muertes y el 75 % de las pérdidas
económicas por desastres asociados con eventos de amenazas naturales”.
Por Roberto Andrés para
Sustentartv
Según indicó la Organización
Meteorológica Mundial (OMM) en su nuevo informe 2020 State of Climate Services, “entre
1970 y 2019, el 79 % de los desastres en todo el mundo involucraron peligros
relacionados con el clima, y el agua . Estos desastres representaron el
56 % de las muertes y el 75 % de las pérdidas económicas por desastres
asociados con eventos de amenazas naturales reportados durante ese período”.
“Durante los últimos 10 años
(2010-2019), el porcentaje de desastres asociados con eventos meteorológicos,
climáticos y relacionados con el agua aumentó en un 9 % en comparación con la
década anterior, y en casi un 14 % con respecto a la década 1991-2000”, agregó.
Según la OMM, la situación es
particularmente grave en los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) y
los países menos adelantados (PMA). Desde 1970, los pequeños Estados insulares
en desarrollo han perdido 153.000 millones de dólares debido a los peligros
meteorológicos, climáticos y relacionados con el agua, una cantidad
significativa dado que el producto interno bruto (PIB) promedio de los PEID
ascienden a 13.700 millones de dólares norteamericanos. Mientras tanto, 1,4
millones de personas (70 % del total de muertes) en los PMA perdieron la vida
debido a los peligros relacionados con el tiempo, el clima y el agua.
A medida que el cambio
climático continúa amenazando vidas humanas, ecosistemas y economías, la
información sobre riesgos y los sistemas de alerta temprana (EWS) se consideran
cada vez más clave para reducir los impactos de estos peligros. La mayoría de las
Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(CMNUCC), incluido el 88 % de los países menos adelantados y los pequeños Estados
insulares en desarrollo, que presentaron sus Contribuciones Determinadas a
Nivel Nacional (NDC) a la Convención han identificado a los sistemas de alerta
temprana como una prioridad máxima.
Respaldado por un sistema
mundial de observación y una red de centros operativos administrados por
miembros de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), un sistema de alerta
temprana multirriesgos centrado en las personas le permite a estas y las comunidades
amenazadas por peligros actuar con tiempo suficiente y de manera adecuada para
reducir los impactos de eventos peligrosos relacionados con el tiempo, el clima
y el agua. Sin embargo, como muestra el Informe sobre el estado de los
servicios climáticos de 2020, muchas naciones carecen de capacidad para estos
sistemas de alerta multirriesgos y la inversión financiera no siempre fluye
hacia las áreas donde la inversión es más necesaria.
Datos clave
• Los datos proporcionados por
138 miembros de la OMM (incluido el 74 % de los PMA y el 41 % de los PEID a
nivel mundial) muestran que solo el 40 % de ellos tienen un sistema de alerta
temprana multirriesgos centrado en las personas. Mientras, un tercio de cada
100.000 personas en los 73 países que proporcionaron información no está
cubierto por alertas tempranas.
• En los países que operan un
sistema de alerta temprana multirriesgos centrado en las personas, la difusión
y comunicación de advertencias es sistemáticamente débil en muchos países en
desarrollo, y los avances en las tecnologías de la comunicación no se están
aprovechando al máximo para llegar a las personas en riesgo, especialmente en
los países menos adelantados.
• No hay suficiente capacidad
en todo el mundo para traducir la alerta temprana en acción temprana,
especialmente en los países menos adelantados. África enfrenta las mayores
brechas de capacidad. Por ejemplo, si bien la capacidad en África es buena en
términos de conocimiento y pronóstico de riesgos, la tasa de implementación de
MHEWS en general es más baja en comparación con otras regiones y la difusión de
advertencias es particularmente débil. En África, solo 44.000 de cada 100.000 personas
están cubiertas por alertas tempranas en países donde hay datos disponibles.
• Todos los servicios
meteorológicos, hidrológicos y climáticos se basan en datos de observaciones
sistemáticas. Sin embargo, las redes de observación suelen ser inadecuadas,
especialmente en África, donde en 2019 solo el 26 % de las estaciones
informaron de acuerdo con los requisitos de la OMM.
• A pesar de que el
financiamiento climático anual monitoreado alcanzó la marca del medio billón de
dólares por primera vez en 2018, el financiamiento para la adaptación es solo
una fracción muy pequeña (5 %). La información disponible para rastrear los
flujos financieros de hidrometeorología no está suficientemente detallada para
respaldar un análisis completo del grado en que apoya la implementación de
sistemas de alerta temprana, al igual que la información necesaria para
rastrear los beneficios socioeconómicos derivados de las alertas tempranas.
El informe de la OMM hace seis
recomendaciones estratégicas para mejorar la implementación y efectividad de
los sistemas de alerta temprana en todo el mundo:
1. Invertir para llenar las
brechas de capacidad de los sistemas de alerta temprana, particularmente en los
países medianos atrasados (PMA), en África y en los pequeños Estados insulares
en desarrollo (PEID).
2. Concentrar la inversión en
convertir la información de alerta temprana en acción temprana, mediante una
mejor comunicación y planificación de la preparación.
3. Asegurar el financiamiento
sostenible del sistema de observación global que sustenta las alertas tempranas
y asegurar que el financiamiento cubra todos los segmentos de la cadena de
valor del sistema de alerta temprana.
4. Realizar un seguimiento de
los flujos de financiación para comprender mejor dónde se asignan los recursos
en relación con las necesidades de implementación de sistemas de alerta temprana.
5. Desarrollar una mayor
coherencia en el seguimiento y la evaluación para determinar mejor la eficacia
del sistema de alerta temprana.
6. Llenar las lagunas de datos, especialmente de los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID), mejorando la presentación de informes de los países sobre información climática y capacidad de sistemas de alerta temprana.