Fotosíntesis artificial, la hoja mágica

Fotosíntesis artificial, la hoja mágica

04/15/2016 0

Fotosíntesis artificial: la hoja mágica

La creación de una hoja artificial que hace la fotosíntesis a partir de materia inorgánica es un gran invento.  Por su aspecto pueden considerarse una curiosa versión de los paneles solares.

La fotosíntesis podría generar la energía del futuro

En este caso, sin embargo, no se produce energía, pero sí oxígeno, con lo que las posibilidades de uso son tremendamente versátiles. Entre otras, oxigenar atmósferas interiores actuando como filtros de aire biológicos o productores de oxígeno permanentes, con lo que supone un ahorro energético, pues evitamos el uso de aparatos de tratamiento ambiental.

O, por ejemplo, si se utilizan para oxigenar el interior de un cohete en el espacio, evitaríamos tener que cargar tanques de oxígeno líquido, con lo que se podrían realizar misiones mucho más largas. De nuevo, se trata de un ahorro energético indirecto.

Puestos a soñar, incluso nos permitiría vivir en otros planetas, o crear un nuevo lugar donde vivir en el fondo del mar. Sus usos, en definitiva, son tantos como nos dicte la imaginación, pero lo realmente imporante es que se haya inventado.

El padre de la criatura es Julián Melchorri, estudiante del Colegio Real de Artes de Londres. Se trata de un material sintético que necesita agua y luz para realizar esta fotosíntesis paralela, con lo que basta con que hay humedad ambiental y luz para lograrlo.

Más allá de la increíble utilidad que pueda tener, resulta sorprendente cómo ha conseguido un material fotosintético que realiza las funciones de cualqueir hoja. Casí diríamos que está vivo. Según cuenta su creador, lo consiguió extrayendo los cloroplastos de las células vegetales (los orgánulos donde se realiza la fotosíntesis) y colocándolas dentro de una fibra de seda que actúa de estructura. De este modo, la planta sigue comportándose como tal.

Ciberplantas, energía verde

La fotosíntesis también está detrás de la creación de las primeras ciberplantas, concebidas como unas plantas energéticas. De nuevo, el objetivo es crear energía limpia y sostenible. Si el obj

La propuesta parte de científicos de la Linköping University, en Suecia, cuyo logro ha sido integrar un polímero conductor de electricidad en una rosa de jardín. Tras la operación, la rosa sigue viviendo, tan ricamente. Sin embargo, no es una rosa normal. Y no porque sea la del principito, única por el cariño que le tiene. También aquí lo importante es invisible a los ojos, pero el truco no es distinto que el que se realiza cundo se quiere coloreal las flores mediante agua tintada. Casi casi el truco del almendruco, pero esta vez, sin embargo, se ha añadido un polímero soluble en el agua, haciendo que pueda conducir la electricidad.

El resultado es una planta aparentemente normal, que nos sirve como si de un cable se tratase. Incluso puede convertirse en un circuito eléctrico. Las posibilidades son casi infinitas, sobre todo teniendo en cuenta las exigencias de la actual revolución digital.

Entre otras posibilidades podríamos “integrar sensores en las plantas y usar la energía formada en la clorofila, crear antenas ecológicas o producir nuevos materiales”, apunta Magnus Berggren, líder de la investigación. Por descontado, las posibilidades dentro de la domótica también son inimaginables. De hecho, por ahora solo sirve de apoyo para alimentar sistemas que exijan poca energía. En el futuro, quién sabe, quizá también podrían florecer nuevas posibilidades.

Alejandra Gonçalves Mendes
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