¿Qué es la agricultura regenerativa?
El cambio climático es un gran
problema que enfrenta nuestro planeta. Se debe principalmente a la interrupción
del ciclo global del carbono por parte de la civilización moderna. Durante
años, los científicos han señalado cómo la quema de combustibles fósiles ha
liberado un exceso de dióxido de carbono a la atmósfera, creando un efecto
invernadero que ha calentado a la Tierra. Pero un componente del ciclo del
carbono que ahora está ganando atención como perspectiva para resolver la
crisis es el suelo.
La agricultura regenerativa es
un enfoque de la agricultura que se centra en mejorar y revitalizar la salud
del suelo. Este movimiento está cobrando impulso en un momento en el que es muy
necesario. La mala gestión del suelo ha provocado una preocupante disminución
de la capa superior de suelo cultivable disponible para la producción de
alimentos. Las prácticas agrícolas convencionales han eliminado tanto carbono
del suelo que ahora existe un “sumidero” de carbono que potencialmente podría
absorber el exceso de carbono que contribuye al cambio climático. La mejor
manera de implementar esta estrategia es a través de prácticas de agricultura
sostenible como la agricultura de carbono.
EL CULTIVO DE CARBONO
El cultivo de carbono es la
práctica de eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera y convertirlo en
material vegetal y materia orgánica que forma el suelo. Funciona a través de
métodos agrícolas como no labrar, usar mantillo orgánico, compostaje, rotación
de ganado y cultivos de cobertura, todo lo cual permite que se produzca el
secuestro de carbono en el suelo. Desafortunadamente, la agricultura
convencional no suele emplear estas prácticas, pero un número creciente de
agricultores sostenibles está adoptando estas prácticas regenerativas para
mitigar el cambio climático mientras produce alimentos saludables para sus
comunidades.
La solución climática global
no es posible sin abordar el impacto de la agricultura, que contribuye con más
de un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero de las
actividades humanas. La agricultura regenerativa es clave para la transición agrícola
y ayudar a resolver el problema del cambio climático. Según el Dr. Rattan Lal, científico
del suelo de la Universidad Estatal de Ohio y Premio Mundial de la Alimentación,
“un simple aumento del 2 % en el contenido de carbono de los suelos del planeta
podría compensar el 100 % de todas las emisiones de gases de efecto invernadero
que van a la atmósfera”.
LAS PROPIEDADES DE LA TIERRA EN LA AGRICULTURA REGENERATIVA
Para revitalizar el suelo
actuamos sobre los minerales, la parte orgánica y la microbiología, elementos
esenciales para la fertilidad. Esto se hace mediante la reactivación de los
ciclos naturales, a través de la acción combinada de las prácticas de agricultura
ecológica para la nutrición de las plantas y la protección de los cultivos, con
el apoyo del enriquecimiento del suelo con preparados naturales específicos. El
objetivo es obtener un humus adecuado para plantas sanas y resistentes, capaz
de ofrecer productos de calidad.
En el suelo tiene lugar una
parte fundamental de la vida, indispensable para la riqueza biológica y la
calidad nutricional en la base de la fertilidad, que a su vez son esenciales
para el cultivo de plantas sanas.
Por estas razones, la
agricultura regenerativa, combina las prácticas agrícolas antiguas y los
conocimientos modernos, fomentando la investigación científica sobre fenómenos
naturales como la fermentación y la solubilidad de los elementos, así como
sobre la degradación de la materia orgánica.
LOS PRINCIPIOS DE LA AGRICULTURA REGENERATIVA
A nivel práctico, tras un análisis para establecer el nivel de agotamiento del suelo, la agricultura regenerativa interviene mediante tres principios básicos. La diversificación del cultivo es la primera regla, que tiene su origen en los conocimientos aplicados durante siglos. La rotación de las plantas cultivadas aumenta el número de familias botánicas en contacto con el suelo, para protegerlo eficazmente de los agentes atmosféricos y mejorar su estructura, gracias a la acción de las raíces de las plantas.
Esta práctica, además, es útil para estimular la actividad biológica del suelo, eliminando los periodos de interrupción del cultivo y limitando los posibles daños debidos a la erosión de las superficies y la pérdida de biodiversidad. La diversificación es fundamental para la fertilidad, necesaria para garantizar un buen rendimiento de la producción, limitar el uso de productos fitosanitarios y fomentar el uso de ingredientes activos respetuosos con el ambiente.