¿Regresan las bombillas o lámparas incandescentes?

¿Regresan las bombillas o lámparas incandescentes?

02/02/2016 0

¿Regresan las bombillas incandescentes? Mientras que el mercado fabrica cada vez más y más diseños de lámparas y también iluminación usando las últimas avances en tecnología de iluminación y luces led para ahorrar en electricidad en nuestros hogares. Los estudiosos del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) han descubierto de qué manera hacer bombillas o lamparas más eficaces desde las lamparas incandescentes. Un avance que ahora podría ser una solución genial con un potencial de incremento en la eficacia hasta el

Prototipo de la nueva bombilla de incandescencia, el cual ya alcanza una eficiencia comparable con la de las lámparas fluorescentes compactas y las lámparas LED

cuarenta por ciento.

Contra todo pronóstico, la tecnología de las bombillas incandescentes, iniciada por Edison a fines del siglo XIX pero arrinconada cada vez más desde hace años, podría regresar al primer plano comercial y además superar en eficiencia a sus competidoras, las lámparas comúnmente referidas como de bajo consumo, y que incluyen ahora también a las de LEDs.

La iluminación incandescente tiene ya más de cien años y aún sobrevive sin apenas cambios drásticos de diseño base en hogares de todas partes del mundo, aunque en plena decadencia por las nuevas normativas legales dirigidas a mejorar la eficiencia energética. Esos cambios en la legislación, han hecho que se estén retirando las viejas bombillas en favor de las fluorescentes compactas y de las nuevas a base de LEDs (diodos emisores de luz), más eficientes todas ellas que las bombillas eléctricas incandescentes.

Las bombillas incandescentes, desarrolladas comercialmente por Thomas Edison (y utilizadas aún por los dibujantes de comic como símbolo de que un personaje acaba de tener una idea), funcionan mediante el calentamiento de un delgado hilo de tungsteno hasta temperaturas de alrededor de 2.700 grados centígrados.

Pero estas bombillas siempre han sufrido un gran problema: más del 95 por ciento de la energía que entra en ellas se derrocha, la mayor parte como calor. Esta es la razón por la que, un país detrás de otro, se ha desincentivado o incluso prohibido esta tecnología ineficiente. Ahora, el equipo de Marin Soljacic, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge, Estados Unidos, ha logrado un avance espectacular que soluciona ese problema.

La clave es crear un proceso de dos fases. La primera es la tradicional, con un filamento metálico convencional calentado, con todas sus pérdidas correspondientes. Pero, y aquí entra en escena la segunda fase, en vez de permitir que el calor sobrante se disipe en forma de radiación infrarroja, unas estructuras secundarias circundando el filamento capturan esta radiación y la reflejan de vuelta a él para ser reabsorbida y reemitida como luz visible. Estas estructuras, una forma de cristal fotónico, están hechas con elementos abundantes en la Tierra y pueden ser fabricadas utilizando tecnología convencional de deposición de material.

Ese segundo paso supone una gran diferencia en cuanto a la eficiencia con la que el sistema convierte electricidad en luz. Una cifra que caracteriza una fuente de luz es la llamada eficiencia lumínica, que tiene en cuenta la respuesta del ojo humano. Mientras que la eficiencia lumínica de las luces incandescentes convencionales se halla entre el 2 y el 3 por ciento, la de los fluorescentes (incluyendo las lámparas fluorescentes compactas) entre el 7 y el 15 por ciento, y la de las aún más compactas de tipo LED entre el 5 y el 15 por ciento, las nuevas bombillas incandescentes de dos etapas tienen el potencial de alcanzar eficiencias tan altas como el 40 por ciento.

Sabrina Pin
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